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Costa señala a Camps: «Es cierto que el PP se financió con dinero negro»

El ex secretario general de los populares valencianos admite los pagos en «B» de empresarios

Costa, durante su declaración
Costa, durante su declaraciónlarazon

El exsecretario general del PP valenciano Ricardo Costa ha confesado hoy que la formación se financiaba «con dinero negro» y ha desvinculado de la financiación irregular a la dirección nacional del partido.

Las sesiones del juicio a la «trama Gürtel» por la presunta financiación irregular del PP de Valencia siguen desbrozando de obstáculos la acusación de la Fiscalía. Si la pasada semana fueron nueve empresarios y tres de los cabecillas de la trama –Francisco Correa, su «número dos», Pablo Crespo, y Álvaro Pérez «el Bigotes»– los que asumieron los hechos objeto de acusación en busca de una rebaja de su condena, ayer le llegó el turno al ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa, para quien Anticorrupción reclama siete años y nueve meses de prisión por tres delitos electorales y uno de falsedad en documento mercantil .

A diferencia de los anteriores, su confesión no ha venido precedida (que se sepa) de un pacto con Anticorrupción, pero eso no impidió que durante más de media hora pormenorizara los detalles de la frase que estaba esperando escuchar la Fiscalía y que pronunció al comienzo de su declaración: «Es cierto que el PP se financió con dinero negro en las elecciones de 2007» (unas prácticas supuestamente delictivas que después extendió también a las generales de 2008).

Costa asumió su responsabilidad, pidió perdón «a la sociedad española y valenciana» y se mostró dispuesto a asumir las consecuencias, aunque no desaprovechó la ocasión para señalar al ex presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, a quien situó al frente de esa maquinaria de financiación irregular de las campañas electorales de las autonómicas y municipales de 2007 y de las generales de 2008.

Según explicó –después, dijo, de «una profunda reflexión»– fue el propio Camps y el ex presidente de las Cortes Valencianas Juan Cotino quienes encargaron a finales de 2006 al entonces vicepresidente del Consell, Víctor Campos, las relaciones con los empresarios que financiaban al partido con dinero negro. Fue entonces, según él, cuando Campos le mostró en su despacho «unos sobres con dinero en efectivo y y me comentó que era de empresarios que tenían relación con la Administración o que querían ayudar al partido».

Según relató, los actos electorales se pagaban a través de dos medios: las subvenciones que recibía la formación y «las aportaciones en efectivo de empresarios que tenían adjudicaciones del Gobierno valenciano». Él se enteró, dijo, en 2005, pero no hizo «nada para impedirlo».

Posteriormente, a finales de 2006 o principios de 2007, Campos le habría citado en su despacho para trasladarle que se estaba planteando una tercera vía de financiación: que el buque insignia de la «trama Gürtel» en Valencia, la empresa Orange Market, facturase sus servicios por actos electorales (una deuda que llegó a alcanzar el millón de euros) no al partido sino a diversos empresarios. Costa cuenta que se negó y que, «preocupado», se reunió en Madrid con el entonces gerente del PP, Luis Bárcenas, quien le habría advertido de que se trataba de «una práctica prohibida en el PP a nivel nacional» y que de llevarla a cabo «sería un Filesa II» (la financiación ilegal del PSOE destapada en los años 80 del pasado siglo).

El ex secretario general del PPCV responsabilizó a Camps de que los actos centrales de las campañas de 2007 y 2008, celebrados en la plaza de toros de Valencia –en los que intervino Mariano Rajoy–, se pagaran con dinero negro (30.000 en 2007 y 90.000 al año siguiente). Para hacer frente, dijo, a las «peticiones expresas» del entonces presidente de la Generalitat de que se «complementaran» los actos con «fuegos artificiales, banda de música, pantallas adicionales y animadores». Su capacidad para organizar actos, recordó, era «compulsiva».

Era Camps, aseguró, quien tomó «las decisiones más importantes» de la campaña de 2007, entre ellas la adjudicación de los actos a Orange Market, que «no se aprobó por ningún órgano del partido» y en los que «no había un presupuesto cerrado».

Costa admitió que, a petición del ex presidente valenciano Víctor Rambla, se encargó de dar a Crespo un total de 515.000 euros (proveniente de tres pagos de 350.000, 150.000 y 15.000 euros de otros tantos empresarios) para saldar la deuda con Orange Market. «No lo impedí y omití mi obligación de denunciarlo», se excusó.

A finales de 2008 o principios de 2009, continúo Costa, se reunión con Álvaro Pérez «El Bigotes» en la sede de Orange Market y este le preguntó si una de sus empresas podía facturar al PP valenciano 20.000 euros «para pagar gastos de Camps para prendas de vestir», «a lo que me negué».

Costa puso especial énfasis en insistir en que no se lucró del dinero de los empresarios. E incluso, sacó pecho, devolvió un reloj de oro a «El Bigotes», que «estaba sorprendido porque no pedíamos nada por darles trabajo».