"Swift Response"

La defensa colectiva de la OTAN se prepara en Zaragoza y Huesca

El Ejército de Tierra lidera un ejercicio de EE UU que simula un asalto aéreo tras la invocación del artículo 5 de la Alianza

Militares españoles durante el ejercicio «Swift Response» en el campo de maniobras «San Gregorio» de Zaragoza
Militares españoles durante el ejercicio «Swift Response» en el campo de maniobras «San Gregorio» de ZaragozaEjército de TierraEjército de Tierra

Una alianza de estados hostiles, llamada «Occassus», trata de crear inestabilidad en los países de la OTAN. Llevan tiempo organizando maniobras militares intimidatorias en las fronteras y, además, cuentan con el apoyo de compañías militares privadas y empresas de seguridad con lazos con el crimen organizado. A esto se suman los grupos de población inmigrante de «Occassus» que provocan revueltas en los países de la Alianza para crear más inestabilidad. Una «amenaza hostil» que ha tomado tres aeropuertos, entre ellos el de «San Gregorio», en España, donde trafican con armas... Así que tras la invocación del artículo 5 del Tratado de la Alianza Atlántica, se pone en marcha la defensa colectiva y arranca una operación multinacional para restablecer la seguridad.

Esta es la base sobre la que Estados Unidos ha organizado su ejercicio multinacional «Defender Europe», cuyo objetivo es el de «mostrar al potencial agresor las capacidades de defensa rápida que tienen los aliados». Unas maniobras que se dividen en tres fases, una de las cuales (hasta el próximo día 20) lidera el Ejército de Tierra español por primera vez: tres operaciones de entrada inicial con lanzamiento de paracaidistas en tres países distintos (Estonia, Grecia y España).

Bautizada como «Swift Response» («Respuesta Rápida»), es el principal reto del Ejército de Tierra este año, sobre todo para la División «Castillejos» de Huesca, encargada de dirigir a 6.000 militares de diez países en esas tres operaciones aerotransportadas, y la Brigada «Almogávares VI» de Paracaidistas (BRIPAC), al frente de una unidad multinacional de 1.400 «paracas».

Reconocimiento y asalto

El objetivo, recuperar el aeropuerto (lo mismo ocurriría simultáneamente en Estonia y Grecia). Y para ello, la operación comenzó el martes con la inserción de una pequeña unidad de reconocimiento que, tras neutralizar potenciales amenazas, aseguró la zona para la llegada de la verdadera fuerza: el escalón de asalto.

Esa fuerza que tenía que saltar ayer en «San Gregorio» (Zaragoza) estaba compuesta por esos 1.400 paracaidistas de EE UU, Italia, Portugal, Hungría, Francia y España, a bordo de varios aviones españoles y estadounidenses. La idea era saltar en tres tandas (900, 300 y 200), pero las malas condiciones meteorológicas frustraron la parte más importante –y vistosa– del ejercicio. El cierzo soplaba con rachas de más de 20 nudos y el límite permitido estaba marcado en 13. Por seguridad, se canceló, entre otros para evitar accidentes como el que se registró en este mismo campo de maniobras en 2018, cuando 13 paracaidistas españoles y estadounidenses resultaron heridos en un salto similar. Eso sí, los mandos militares reconocen que, en una situación real, «se hubiese forzado más el límite».

Pese a ello, todo seguirá su curso y tras asegurar la zona, hoy se lanzarán las cargas pesadas con armamento, vehículos y otro material para, poco después, tomar el control del aeropuerto y expulsar a los hostiles. Habrá ejercicios con fuego real y para terminar, una segunda operación de asalto aéreo con helicópteros sobre un campo de entrenamiento enemigo en el aeródromo navarro de Ablitas.

Una operación con la que buscan generar disuasión mostrando al potencial agresor las capacidades de defensa rápida de los aliados en tres países. Y si no es suficiente, estar en disposición de repeler cualquier agresión. Todo, dirigido desde Huesca.