Defensa
Con esta arma España atemorizó a los soldados estadounidenses: se utilizó en Cuba y tiene una gran historia
Un arma forjada en España, con una trayectoria que abarca décadas y múltiples conflictos, se erigió como un elemento de disuasión ante las fuerzas armadas de Estados Unidos en la contienda de Cuba
La historia militar de España cuenta con episodios que, aunque a menudo pasan desapercibidos, revelan la capacidad innovadora de su industria y el impacto de sus diseños en el ámbito internacional. Uno de estos capítulos lo protagoniza un fusil de cerrojo que marcó un antes y un después en los campos de batalla de finales del siglo XIX y principios del XX, consolidándose como una herramienta fundamental para la infantería española durante casi sesenta años.
Este armamento, gestado tras un proceso de pruebas y mejoras de calado, fue un pilar en las contiendas coloniales, desde el Caribe al Pacífico, y en campañas en África.
Su concepción y desempeño demostraron una robustez y efectividad de calado en situaciones bélicas exigentes, siendo un factor determinante en los frentes de combate.
El fusil español que desconcertó a las tropas de Estados Unidos en Cuba
El Fusil Mauser Español Modelo 1893, un arma de repetición de calibre 7x57mm, se distinguía por su capacidad para cinco balas en el depósito más una en la recámara, y una característica pólvora sin humo que dificultaba la localización del tirador en combate. Esta cualidad operativa resultó ser un factor inesperado y notable durante la Guerra de la Independencia de Cuba, donde las tropas españolas emplearon este fusil frente a las fuerzas estadounidenses. La escasez de humo tras cada disparo complicaba enormemente la identificación de las posiciones enemigas, generando una ventaja táctica considerable en el campo de batalla.
La eficacia de este diseño español fue tal que sirvió de inspiración directa para el fusil estadounidense Springfield M1903. Este hecho subraya el reconocimiento internacional de las prestaciones del Mauser 1893 y su influencia en el desarrollo armamentístico de otras potencias. Su capacidad de fuego rápido y la dificultad para detectar el origen de los disparos lo convirtieron en un arma de respeto y un desafío para sus adversarios.
La adopción de este fusil en el Ejército español fue el resultado de un largo período de ensayos, iniciados casi una década antes de su declaración reglamentaria definitiva en 1893. Las pruebas realizadas, que incluyeron el uso de 1.200 fusiles experimentales y el consumo de medio millón de cartuchos, certificaron la calidad, dureza y sencillez del diseño, aspectos esenciales para un arma destinada a la primera línea de combate.
El Mauser 1893 se componía de un cañón escalonado, un cajón de mecanismos y un cerrojo deslizante. Contaba con un alza graduable desde 400 hasta 2.000 metros, en incrementos de 100 metros, permitiendo una puntería de largo alcance. La culata y el guardamanos eran de madera de nogal, y las piezas metálicas estaban pavonadas para asegurar su durabilidad.
Este fusil no solo fue decisivo en la Guerra de la Independencia de Cuba, sino que también tuvo una participación de calado en la Guerra de Filipinas, en las campañas africanas y, posteriormente, en la Guerra Civil española. La Fábrica de Oviedo, tras algunas reformas, llegó a producir 20.000 fusiles anuales, complementados por otras 10.000 unidades fabricadas por la industria privada, a un coste aproximado de 78 pesetas por unidad, asegurando así el suministro de una pieza esencial para el ejército.