Interior
Denuncian brechas de seguridad en un centro de inmigrantes por las ONG: "Es una situación de riesgo"
Un sindicato denuncia que las infraestructuras presentan irregularidades que pueden derivarse en fallos de seguridad
Lámparas de cristal fácilmente alcanzables, ausencia de cámaras de vigilancia o puertas abiertas. Son algunos de los fallos de seguridad que ha detectado un sindicato policial en la infraestructura del Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de Barranco Seco, que está ubicado en Las Palmas de Gran Canaria. "Un riesgo para los policías y los internos", afirman.
Para conocer la situación de la crisis migratoria en Canarias, la portavoz nacional del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Nadia Pajarón, visitó uno de los Centros de Atención Temporal de Extranjeros (CATE). En todo momento estuvo acompañada por el secretario general de Canarias, Marcos Elías Santiago.
"Hemos podido constatar como la visión humanitaria impuesta por las ONG y las cuestiones políticas priman sobre la normativa y las cuestiones de seguridad, pudiendo llegar a dejar este extremo tanto a los agentes como a los propios internos, en una situación de vulnerabilidad", señala el sindicato.
El SUP detalla que una de las cosas que les llama la atención al recorrer sus instalaciones es que los inmigrantes se mueven libremente por los pasillos sin puertas cerradas que limiten su acceso. "A pesar de estar diseñado para la detención administrativa de inmigrantes por un periodo máximo de tres días", añaden.
Los elementos peligrosos de los centros de inmigrantes
Una circunstancia que podría interpretarse como un "acto de humanidad" pero que en realidad incumple la normativa vigente en materia de detención y custodia. "Poniendo en riesgo la seguridad de los agentes y de los propios internos", denuncian.
Los representantes del sindicato de la Policía Nacional señalan que las instalaciones de los módulos "carecen de los requisitos mínimos de seguridad exigidos para áreas de detención". "Existen elementos peligrosos", remarcan.
Asimismo, el SUP detalla ejemplos como lámparas de cristal fácilmente alcanzables, que pueden ser fracturadas y usadas como armas, y manillares y barras desmontables de las literas, que podrían facilitar autolesiones o lesiones a otros detenidos o incluso a los propios policías, en caso de peleas o motines. En el interior de los 13 módulos no hay "cámaras de vigilancia".
Cada una de estas estancias tiene capacidad para 40 detenidos. Es decir que si se produce una pelea en su interior o cualquier hecho grave, los policías no tendrían noticia alguna del mismo. "Todo esto parece responder a la decisión política de dar una apariencia de confort a los inmigrantes, descuidando por completo la seguridad de los propios policías encargados de su custodia, e incluso de los internos", critican.
"Una visión humanitaria mal entendida"
Este CATE, que tiene una enorme extensión y un buen estado de conservación, se encuentra ubicado en una gran explanada que anteriormente fue un polvorín del ejército, junto con contenedores y módulos nuevos y a estrenar, listos para ser utilizados en el futuro. Todo esto contrasta con la "lamentable situación en que se encuentran la mayoría de las comisarías".
La infraestructura está financiada por el Fondo Europeo de Seguridad Interior, lo que permite que sus instalaciones sean modernas y bien mantenidas. Una de las reivindicaciones del SUP es que se reconozca el trabajo en estas dependencias como "centro policial" de forma oficial. "La llegada masiva de inmigrantes, especialmente este verano, que ha supuesto un récord histórico, ha obligado a reasignar a policías desde otras zonas de las islas", advierten.
De la misma forma solicitan que se intensifique el control sanitario de los inmigrantes y que se ponga a disposición de los policías equipos de protección adecuados. "No es admisible que se priorice una visión humanitaria mal entendida sobre la seguridad de los agentes y ciudadanos", enfatizan sobre la situación que se viven en los centros de inmigrantes.