Congreso

ERC y Bildu enmiendan el núcleo de la reforma de la ley del "solo sí es sí" del PSOE

Republicanos y abertzales encarecen su voto al plantear 23 enmiendas a la proposición de ley de los socialistas

Gabriel Rufián y Mertxe Aizpuruahan anunciado su abstención
Gabriel Rufián y Mertxe Aizpuruahan anunciado su abstenciónlarazon

Esquerra y Bildu ya han puesto precio a su apoyo a la reforma de la Ley de Libertad Sexual (bautizada como «sí es sí») que plantea el PSOE. Y no parece que vaya a salir barato porque han presentado 21 enmiendas conjuntas y, algunas de ellas, son bastantes sensibles: hay dos enmiendas que van dirigidas a suprimir el núcleo de la propuesta socialista, que es el endurecimiento de las penas a los agresores sexuales a través de los artículos 178 y 179 del Código Penal. Los socialistas plantean elevar el castigo cuando se produce una agresión con o sin penetración si hay «violencia o intimidación o cuando la víctima tuviera anulada por cualquier causa su voluntad».

En cambio, los republicanos y los abertzales plantean que la violencia sea solo agravante (artículo 180) y, además, tratan de blindar con otra enmienda el «consentimiento», según avanzó ayer «20 Minutos» y confirmó este diario. En concreto, el PSOE plantea en su reforma legislativa añadir un punto 3 al artículo 178 (agresión sexual sin penetración) que diga lo siguiente: «Si la agresión se hubiera cometido empleando violencia o intimidación o sobre una víctima que tenga anulada por cualquier causa su voluntad, su responsable será castigado con la pena de uno a cinco años de prisión». Para el artículo 179 (agresión sexual con penetración), también plantea otro redactado similar, aunque con penas de seis a doce años de prisión para el agresor.

ERC y Bildu plantean suprimir esos dos puntos y dejar las penas del 178 y 179 como estaban e introducir la violencia solo como agravante, en el artículo 180. Los agravantes, la violencia entre ellos, elevarían las penas del artículo 178 a entre de dos y ocho de prisión mientras que las del 179 a entre siete y 15 años. En concreto, la enmienda dice lo siguiente: «Cuando para la comisión de la agresión sexual se hubiera empleado violencia o intimidación, o la misma vaya acompañada de actos que revistan un carácter particularmente degradante o vejatorio, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 194 bis». Los socialistas se han opuesto a esto porque consideran que debe haber proporcionalidad y, en este sentido, quedaría sin pena la «extrema violencia», que es lo que debería actuar como agravante.

Además, en el artículo 178 del Código Penal, ERC y Bildu plantean precisar todavía más la definición de consentimiento, que es el eje de la Ley de la Libertad Sexual. Actualmente, el redactado del Código Penal es el siguiente: «Será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, como responsable de agresión sexual, el que realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento. Sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona». A este fragmento, ERC y Bildu pretenden añadir: «No se deducirá que hay consentimiento por la ausencia de resistencia física o el silencio de la víctima, ni por su conducta sexual previa».

Más allá de esas enmiendas, también hay otras dos dirigidas a los artículos 27 y 28 de la Ley de Libertad Sexual, para la formación en las carreras judicial y fiscal y en el ámbito de la abogacía.

Lo cierto es que ERC y Bildu han rechazado pactar las enmiendas con Podemos, pero los cambios que exigen están en consonancia con los planteamientos de los morados. Ahora, más allá del ámbito técnico, habrá que ver hasta qué punto el partido de Irene Montero es capaz de dejar a un lado la resistencia a cambiar su propia ley. Estos cambios también hay que ver cómo pueden influir en el bloque de la derecha, que apoyó la ley del PSOE el 7 de marzo. El PSOE impulsó en solitario la reforma de después de que centenares de agresores sexuales hayan visto rebajadas sus penas.