La dirección del PP prevé que puede sacarle al PSOE en las próximas elecciones municipales una ventaja de más de medio millón de votos. En la horquilla más alta, habla de un millón de votos. El optimismo se basa en sus proyecciones demoscópicas, y también en la necesidad de generar ambiente de cambio para movilizar al electorado. De confirmarse, sus análisis apuntan que esta ventaja será clave para decidir quién gana las elecciones generales. En estos comicios la absorción de Ciudadanos (Cs) por parte del PP puede consolidar un vuelco en favor de los populares en plazas tan simbólicas como Valencia, Sevilla y Zaragoza. Y consolidar mayorías absolutas suyas en Madrid o Murcia.

Los dos principales partidos llevan ya semanas en modo electoral, dentro de un plan de «ocupación» del territorio por parte de sus dos líderes en el que parece que se copian las estrategias. Y, en cierta manera, así es porque tanto el presidente Pedro Sánchez como el jefe de la oposición,Alberto Núñez Feijóo, manejan datos demoscópicos muy parecidos sobre dónde están las grandes batallas electorales de los comicios de mayo.

En la noche del recuento se mirará el partido que ha ganado las municipales y el nuevo mapa autonómico. Pero uno de los grandes focos electorales será también el resultado en las grandes ciudades. Los estrategas electorales del PSOE y del PP tienen marcados en su mapa de objetivos los mismos seis nombres. El de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla y Málaga. En Madrid, al PP le ocupa si José Luis Martínez Almeida alcanza la mayoría absoluta sin el apoyo de Vox. Y el PSOE se la juega en el duelo con Más Madrid, porque una de las incógnitas es saber si este partido, sin Manuela Carmena, vuelve a situarse por tercera vez por delante del PSOE.

La batalla dentro de la izquierda se medirá también en los resultados globales de mayo porque Podemos-IU se enfrenta a la incógnita de en cuántas plazas se quedan fuera por no superar el 5 por ciento de los votos. En Barcelona el PP está de espectador. Mientras que el PSC aparece como una variable que podría unirse a la coalición con En Comú y ERC para impedir la proclamación de Xavier Trias (JxCat) como candidato más votado, que es lo que parece más probable en los sondeos. ERC, que fue el partido más votado en las últimas elecciones, podría ser ahora la cuarta fuerza, pero con un papel decisivo si consiguiera armarse la coalición contra Trías.

Valencia, tanto comunidad autónoma como ayuntamiento, es una de las plazas más disputadas. Génova ve más fácil el consistorio que la comunidad, pero en las dos está la pelea abierta y el triunfo se decantará por la mínima. Los populares tienen tanta confianza en el Ayuntamiento porque sus datos les dicen que absorbiendo el voto de Cs serán de nuevo el partido más votado. Mientras que en la izquierda juega en contra el hecho de que Podemos esté, en estos momentos, a la baja en las encuestas. Sin Podemos no hay suma de la izquierda.

En Sevilla la absorción del voto de Cs por el PP puede hacer posible que los populares sean el partido más votado, lo que, después de que el PP alcanzase el gobierno de la Junta por mayoría absoluta, supondría otro hito para la derecha en un feudo controlado por los socialistas durante décadas. En las anteriores elecciones el PP obtuvo uno de sus peores resultados.

En Zaragoza el PP también será el partido más votado por la defunción de los naranjas. Además, la izquierda del PSOE puede tener problemas para que todas sus marcas consigan superar el límite del 5 por ciento, lo que juega a favor del partido de Feijóo. Málaga seguirá, salvo sorpresa, bajo dominio del PP, con Francisco de la Torre de nuevo candidato a la alcaldía. Está por ver si Vox superará en estas elecciones el 5 por ciento y cómo se reparte el voto entre las dos marcas de la izquierda.

En clave autonómica, también es previsible que el PP se quede con todo el voto de Ciudadanos en Madrid y en Murcia, y la incógnita es si esta variable será determinante para que los populares puedan gobernar sin necesitar el apoyo de Vox. De la misma manera, la extinción de Cs coloca al PP en posición de disputarle el primer puesto al PSOE en Asturias, si bien la división de la derecha perjudica especialmente al PP por la división de la comunidad en tres circunscripciones.

En Aragón el PP absorbe en su práctica totalidad a los votantes de Cs, pero en el futuro del gobierno será más importante lo que ocurra con los partidos minoritarios que hoy apoyan al socialista Javier Lambán. Si no superan la barrera el PSOE no tendrá con quién sumar la mayoría necesaria para mantenerse en el poder.

Y el fracaso de Cs colocará también casi con toda seguridad al PP como primera fuerza en Cantabria, por lo que el resultado dependerá de si esta vez el PRC y el PSOE suman la mayoría o hay margen para un pacto de los populares con el Partido Regionalista que preside Miguel Ángel Revilla.