28-M
Esquerra se desploma: pierde 300.000 votos y queda por debajo de JxCat
Los republicanos fracasan en el intento de penetrar en el área metropolitana de Barcelona
Esquerra concurría a estas elecciones con la presidencia de la Generalitat, pero ese poder no ha sevido para obtener unos buenos resultados. De hecho, ha sido todo lo contrario: los resultados pueden interpretarse como una enmienda a la gestión de los republicanos, que han perdido 300.000 votos con respecto a las municipales de 2019. Por encima de todo, destaca el batacazo en Barcelona: Ernest Maragall ha perdido la mitad de los concejales y ha caído al cuarto puesto, cuando ganó hace cuatro años.
Oriol Junqueras se encargó de dirigir la campaña electoral y reconoció que los resultados podían haber sido mejores. «No son los resultados que queríamos, los queríamos mejores. Pese a eso, nos situamos como primera fuerza en número de concejales», ha reivindicado el presidente de ERC, obviando el contundente varapalo sufrido a nivel de votos y centrándose en la cifra de ediles.
Lo cierto es que ERC no solo ha cosechado un revés electoral en Barcelona, sino que también ha fracasado la estrategia de intentar penetrar en todo el área metropolitana de Barcelona para ampliar la base electoral. En este sentido, la apuesta más icónica era Santa Coloma de Gramenet, donde Gabriel Rufián lideraba la candidatura y apenas ha podido mejorar los resultados de 2019 (ha sumado un edil más). Sin embargo, ahí ha crecido muy levemente, pero en L’Hospitalet de Llobregat ha perdido un edil; en Sabadell, ha perdido cuatro; o, en Terrassa ha perdido tres. Además, pierde el poder en las dos capitales de provincia que gobernaba: Lleida y Tarragona, donde ha perdido dos y un edil, respectivamente.
El balance de los republicanos es pobre y es, sobre todo, una advertencia de cara a la segunda mitad de legislatura en Cataluña. Pere Aragonès sigue sin tomar vuelo como president y la gestión está siendo muy criticada, además de la inestabilidad que está habiendo tras la ruptura con JxCat. Además, en el partido republicano pueden entrar nuevamente las dudas sobre qué rumbo estratégico tomar, ya que habían logrado crecer gracias al giro «posibilista» y a favor del diálogo dado tras el 1-O, pero hay muchos sectores críticos que presionan para volver a intensificar el desafío independentista.
Tras la salida del Govern y el caos interno por el «caso Borràs», JxCat parecía ir cuesta abajo y sin frenos. Sin embargo, en las elecciones municipales ha cogido oxígeno y puede convertirse en un punto de inflexión en su pugna con ERC por el liderazgo del independentismo, ya que ahora mismo el primer partido de Cataluña es el PSC, de forma inapelable. Los posconvergentes, que han conseguido 33.000 votos más que los republicanos en toda la autonomía, han logrado vencer en Barcelona gracias a la candidatura de Xavier Trias y ese parece ser el camino a seguir para remontar: un regreso a la moderación y a la apuesta por la gestión, tras desbocarse y radicalizarse durante el «procés».
Pero no solo Trias marca el camino hacia las mieles del éxito. También los tres últimos fichajes de JxCat, procedentes del PDeCat y pertenecientes al ala más moderada, han ganado con holgura en sus municipios: Xavier Fonollosa en Martorell, que ha obtenido mayoría absoluta, Marc Castells en Igualada, que ha mejorado sus resultados, y Meritxell Roigé en Tortosa, que se ha quedado a un edil de la mayoría absoluta en la ciudad tarraconense.
En cambio, los candidatos más radicales de ciudades muy icónicas para el independentismo, como Girona o Vic, han sufrido un serio revés y podrían perder esas alcaldías. JxCat también podría recuperar un bastión que perdió en 2019: Sant Cugat, donde ha ganado y ha logrado nueve de los 25 ediles y se antoja muy difícil que se elabore una mayoría alternativa.
En este sentido, el secretario general de JxCat, Jordi Turull, celebró la victoria frente a Esquerra, aunque también ha lamentado la falta de sintonía en el independentismo, ya que adujo que el retroceso del separatismo se debe a los pactos de izquierdas que trabó Esquerra en las pasadas elecciones municipales, en lugar de priorizar a los posconvergentes. En este sentido, estas palabras de Turull son un llamamiento a Esquerra para que evite robarle ayuntamientos apoyándose en el PSC, ya que JxCat no tiene ahora mismo aliados en ningún lugar y teme que se reproduzcan situaciones parecidas a las de 2019, cuando se quedó sin importantes ayuntamientos como Figueres o Sant Cugat por culpa de su aislamiento.
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