Andalucía

La flota de La Atunara, indefensa ante Gibraltar

Los pescadores que faenan en aguas próximas al Peñón lamentan la inacción del Gobierno ante el acoso que denuncian

Si España no reacciona pronto, Gibraltar se saldrá con la suya y los indefensos pescadores de La Línea se verán obligados a abandonar la zona habitual de pesca alrededor del Peñón ante el acoso por parte de la Royal Navy. Episodios de tensión como los vividos los últimos días se han repetido durante años por idéntico motivo y han hecho que la flota de artes menores se fuese reduciendo poco a poco. Los últimos supervivientes están a punto de renunciar ante la inacción del Gobierno de Pedro Sánchez.

España, siguiendo el Tratado de Utrecht, firmado en 1713, solo reconoce como aguas de la colonia las del puerto del Peñón. Gibraltar, en cambio, sostiene que también son suyas las que hay 1,5 millas hacia la bahía de Algeciras y tres millas hacia mar abierto, obviando que son una colonia y no un país. Los pescadores afectados son pocos pero tienen todo el derecho a faenar en esas aguas.

La Junta de Andalucía y el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, vienen reclamando medidas de protección a un sector vulnerable que acumula hándicaps para mantener la actividad: proliferación del alga asiática, menos pescado en el mar y unos periodos de pesca cada vez más reducidos por la Unión Europea. Fuentes oficiales consultadas por LA RAZÓN consideran que la «clave» de este hostigamiento a los pescadores andaluces es la construcción de una macrourbanización, torres de pisos, y un club náutico de lujo en la parte que no se ve la costa del istmo desde territorio español.

Con la mente puesta en navegar a partir de hoy más lejos (12 millas y 500 euros de gasoil a la semana) de lo habitual en busca de capturas que le permitan «seguir pagando la hipoteca del barco y poder contar con un salario», Jonathan Sánchez, patrón del pesquero «Mi Daniela», tiene claro quiénes son los verdaderos instigadores del acoso y presión constante que pescadores como él sufren por parte de la Royal Navy y los funcionarios gibraltareños. «El odio hacia el pescador lo viene creando la pesca deportiva de Gibraltar. Es la que empuja, con manifestaciones incluidas, estas actuaciones», señala. «Y todo», explica, «porque a ellos les tienen prohibido pescar con redes y, además, allí no tienen puerto profesional, solo deportivo». «Al no tener lonja para venta directa, lo que hacen es venderlo todo ilegalmente», indica.

«Y para colmo», añade, «pescan en el área (un kilómetro cuadrado) que está realmente protegida por la UE, la más rica. Una reserva marina en la que está prohibida todo tipo de pesca». Una zona a cuyos alrededores «sin entrar ni mucho menos en ella», se acercaba el ‘Mi Daniela’, lo que provocó que «ellos» empezaran a grabarlo y denunciar. «Es más», aseguró, «yo echo allí las redes con localización y me cortan las boyas».

La administración andaluza recuerda que estos pescadores tienen licencia expedida por el ministerio con el visto bueno de la UE y «sin ninguna salvedad» porque son aguas «europeas y españolas». Además, los barcos están «siempre localizados» gracias a las «cajas verdes». «Estamos abiertos a ofrecer nuestro sistema de control de localización que permita ver a las autoridades gibraltareñas dónde están y que están pescando», añaden. La Junta exige «respeto».

El trasmallo, arte de pesca utilizada por estas embarcaciones, limita la estancia a cuatro o cinco horas en la zona de pesca: las dejan allí, se van y vuelven, como se trabaja también en zonas de Barbate o Conil, por ejempo.

Sin embargo, esto podría suponer un problema para el proyecto deportivo del Peñón, al encontrarse cerca de la zona de entrada y salida de barcos desde Gibraltar. Los esfuerzos de la Guardia Civil en esta conflictiva zona de Cádiz están centrados en combatir el narcotráfico, el principal problema del Campo de Gibraltar. «Al final siempre pierde el pescador», dice uno de ellos que prefiere guardar el anonimato. «Aquí hay muchos intereses. Manejan mucho dinero, son un paraíso fiscal y cuanto menos gente esté alrededor, mejor para ellos», se lamenta. «Se acercan mucho y cualquier día puede pasar una desgracia. Nuestros barcos están en regla. Si alguno cometiera un delito, lo detendrían y llevarían para Gibraltar. ¡Métete en Marruecos con un barco que no tenga licencia y empieza a pescar... Si la patrullera marroquí te coge, te mete para dentro!», espeta.

Hasta la fecha ningún expediente abierto por Gibraltar contra pescadores españoles ha tenido recorrido. El Ayuntamiento de La Línea ofrece los servicios de un abogado, los denunciados hacen un relato de los hechos y se declaran inocentes. Hasta la fecha ningún pescador ha sido detenido, prueba evidente de que hay delito y, mucho menos, ambiental.

Hartos de tener que sortear casi a diario mil y un obstáculos para poder llevar un sueldo a sus casas, para los pescadores de La Línea de la Concepción, concretamente del puerto de La Atunara, este nuevo episodio con las autoridades gibraltareñas es un «mazazo» más de «los muchos y duros» que llevan encajados. Un golpe que viene a castigar el ánimo de una flota que, al igual que la del resto del Golfo de Cádiz, lleva años en ‘modo supervivencia’ y que es una de las grandes perjudicadas cada vez que se producen vertidos de los grandes buques en la zona.