Análisis
Fracaso de la izquierda
PP y Vox a por los 180 escaños, a pesar de la «operación Yolanda»
Se desvanecen las expectativas de la izquierda de cerrar el paso a una cada vez más previsible mayoría absoluta de las derechas en las elecciones generales del próximo otoño.
El último ataque orquestado tenía como objetivo el eslabón más débil de la cadena del centroderecha, esto es, Vox. La meta perseguida era conseguir que Sumar pasara a ser la tercera fuerza política en la mayoría de las 52 circunscripciones provinciales para sustituir en ese puesto a Vox y evitar que esta formación obtuviera representación o reducirla al mínimo para que no pudieran sumar escaños con los populares para que el cómputo de diputados de PP y Vox alcanzara la mayoría absoluta.
En el sondeo de NC Report para LA RAZÓN se registra que hay 30 provincias en las que Vox y Sumar tienen potencial de obtener escaños. Vox obtiene representación en 25, mientras que Sumar lo hace en 20. En 14 circunscripciones provinciales Vox se impone en escaños a Sumar, mientras que la formación de Yolanda Díaz vence a Vox en solo 7 provincias. En otras 9 provincias se da un empate entre ambas candidaturas. El error de cálculo de Sumar fue no tener presente que, sociológicamente, la mayoría de las provincias en las que no todos los diputados son captados por PSOE y PP son conservadoras.
Por lo que a pesar de la «nueva» marca política Sumar las derechas mantienen una expectativa de superar los 180 escaños en el Congreso de los Diputados, mientras que todas las formaciones de la izquierda de ámbito nacional totalizarían hoy 123 diputados, frente a los 158 de noviembre de 2019. De ahí la desesperación por frenar el paso a esta nueva mayoría social de centroderecha.
La operación de marketing del proyecto de Yolanda Díaz era el último cartucho de las izquierdas para volver a motivar a sus electorados. Tanto el votante de 2019 del PSOE como de Unidas Podemos y sus confluencias se encuentran especialmente desmovilizados: el 7,4% de los votantes del PSOE hoy no votarían, así como el 7,8% de Unidas Podemos. En total son 748.000 votantes. Otro error cometido por los diseñadores de este nuevo proyecto político ha sido considerar que estos votantes sucumbirían a los «encantos electorales» de Díaz. Todo lo contrario, estos 748.000 votantes saben que el próximo gobierno de España será de centroderecha y son conscientes que con su abstención lo facilitarán. Es decir prefieren a las derechas en el gobierno. Ya lo vimos en las generales de 2011. También en las autonómicas de Comunidad de Madrid (2021) y Andalucía (2018 y 2022).
Además no han tenido presente que fórmulas como la de Sumar pudieran restar al PSOE. Haber apostado desde Ferraz y Moncloa por Yolanda Díaz ha hecho confundir al electorado del PSOE. Hasta 422.000 votantes socialistas han decidido ya abandonar a Sánchez para irse al proyecto de Yolanda Díaz.
Este debilitamiento del Partido Socialista viene acompañado de un hundimiento de Podemos, que quedaría reducido a 2-4 diputados. Y si finalmente consideramos que Sumar no ha cumplido con las expectativas de sus creadores, pues difícilmente llegaría a 30 escaños, llegamos a la conclusión que la «operación Yolanda» ha sido un fracaso.
El centroderecha enfila las elecciones del 28-M como una etapa previa a las generales. La principal incógnita a despejar este mes es si se acrecienta el trasvase de votantes de Vox al PP, que permitiría a Feijóo a aspirar a gobernar en solitario tras las generales. A día de hoy el 23,7% del electorado de Vox ya ha decidido votar al PP, y de momento representa una cuarta parte de la base electoral de los de Santiago Abascal. Con respecto a Ciudadanos, el porcentaje de los que se pasan al PP de Alberto Núñez Feijóo representa el 71,6%.
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