
Opinión
«Game Over»
El informe de la UCO sobre Santos Cerdán demuestra que la podredumbre afecta al sanchismo desde las raíces
Ha llegado el final político de Pedro Sánchez. En tan solo unos días, se ha conocido cuál es su manera de hacer política. El informe de la UCO sobre Santos Cerdán demuestra que la podredumbre afecta al sanchismo desde las raíces.
Los investigadores aseguran que las elecciones primarias de 2014 fueron manipuladas. Sánchez llegó con corrupción y la ha alimentado durante su mandato. La única conclusión posible, a partir de lo investigado, es que ha llegado al poder y lo ha ejercido sin respetar límites legales ni democráticos.
Sánchez llegó, colocó a personas de confianza en sitios estratégicos, como Juan Manuel Serrano al frente de Correos, el control de INDRA, cuyo trabajo es esencial en los procesos electorales, algunos nombramientos para el Tribunal Constitucional o Tezanos en el CIS.
Todos ellos piezas necesarias para ocupar el poder, bien comprando la voluntad de los independentistas, bien indultando, bien generando encuestas favorables al gobierno, como la que se publicaba ayer mismo.
Todo su entorno personal y político está investigado judicialmente por corrupción. Con Santos Cerdán se están conociendo indicios de mordidas, contrataciones, manipulaciones electorales y juego sucio en general. Los audios en los que se ha sabido cómo actuaba la fontanería al servicio de la causa rematan un cuadro de todo lo que no se debe hacer en política.
Quien conoce a Sánchez sabe que no es de esos presidentes que se mantienen al margen de la gestión y delegan responsabilidades; al contrario, es de los que les gusta mantener el control diario y operativo de todo lo que se mueve.
Conociendo su tendencia a intervenir hasta en las cuestiones menores es difícil imaginar que las actividades de Ábalos, Cerdán o Koldo fueran totalmente ajenas a los radares presidenciales. Fue con ellos con los que intimó, con quien recorrió España en coche y son ellos quienes conocen sus secretos. Desde esa óptica se explica que Ábalos fuese cabeza electoral por Valencia después de cesarle como ministro, que mantenga su aforamiento y que los mensajes difundidos hace unas semanas sonasen a aviso a navegantes.
Pero Cerdán no ha tenido más salida que dimitir. Políticamente, el informe de la UCO le ha dado la extremaunción a él y a la legislatura. Ahora quedan días por delante en que se irán conociendo más datos y detalles que aumentarán la sangría que experimenta el Partido Socialista.
Si, finalmente, se demuestra que ha habido financiación ilegal del PSOE, la causa sería más grave, si cabe, y si Sánchez tuviera la tentación de resistir, lo seguro es que ninguno de sus socios va a inmolarse con él. Sánchez no solo no puede mantenerse en el poder, sino que el PSOE debería plantearse quién debe ser el próximo candidato porque presentar a alguien con tufillo a corrupción terminaría por liquidar a la organización.
La estrategia de mantener a García Ortiz en el cargo no le va a servir porque, en este momento, es imposible salvar el barco. Hace tiempo que el fiscal general del Estado quiere dimitir, su permanencia en la Fiscalía le deteriora profesional y personalmente ocasionándole un desgaste enorme.
Sin embargo, Sánchez optó por forzar su permanencia. Pocas personas entienden que el Gobierno preste apoyo incondicional a un fiscal general procesado, pero lo que realmente quiere es crear un precedente. La no dimisión en una alta institución para cuando llegue la, cada día más posible, imputación del presidente.
Sánchez está descomponiéndose a cada hora que transcurre, pero está contagiando esa descomposición a las estructuras del Estado. Construir un relato culpando a guardia civiles, jueces y medios de comunicación ya no cuela.
Ahora, el problema es cómo se reconstruye todo el daño hecho, la pérdida de prestigio de las instituciones, las cesiones a los independentistas, la credibilidad de los gobiernos y el respeto al poder judicial.
La partida está «game over» para Sánchez. Cuanto antes lo entienda, antes se podrá empezar a regenerar el sistema y la convivencia en España.
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