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El voto andaluz con la crisis de los cribados

Juanma Moreno aguanta la mayoría absoluta con Vox al alza

Abascal gana 142.006 votos, más de los que caen PP-PSOE (124.966). Montero no rentabiliza la crisis de los cribados y se deja entre 2 y 4 escaños

Encuesta Andalucía NC Report T. NietoLA RAZÓN

El PP de Juanma Moreno aguanta la histórica mayoría absoluta que logró hace tres años y que consumó un giro sociológico sin precedentes en Andalucía, la comunidad más poblada de España. Si hoy se celebraran elecciones autonómicas, los populares lograrían entre 57 y 59 escaños, según la encuesta de NC Report para LA RAZÓN.

Pero Moreno, de 55 años, comienza a dar algún síntoma de desgaste, aunque muy leve. En 2022, el PP consiguió 58 asientos, tres por encima de la mayoría absoluta. La buena noticia para el presidente andaluz es que la encuesta anticipa que no tendría que mirar a Vox para permanecer en el Palacio de San Telmo.

Y eso que el partido de Santiago Abascal mejoraría sus resultados, al pasar de los 14 asientos a entre 16 y 17. La realidad es que la derecha crece. Mientras, la vicepresidenta primera del Gobierno y candidata socialista, María Jesús Montero, empeoraría los resultados de su formación.

Hoy, el PSOE dispone de 30 diputados en el Parlamento andaluz. Pero la encuesta le echa un jarro de agua de fría, ya que perdería entre dos y cuatro escaños. Su izquierda sufre menos, aunque no dejaría de ser residual. Por Andalucía, la coalición que integra a Podemos, Izquierda Unida y Sumar mantendría sus cinco asientos.

Y Adelante Andalucía, la marca de Teresa Rodríguez, sumaría un escaño a las dos actas que ya tiene. Lo cierto es que los andaluces están menos movilizados. La encuesta detecta una leve caída de la participación: votaría el 55,1% del censo –frente al 56,1% que salió hace tres años a votar–.

En cualquier caso, de cumplirse este pronóstico, Juanma Moreno tiene motivos de sobra para estar satisfecho. Si bien es cierto que no amplía su mayoría, mantenerla es de por sí un éxito. Y eso que en las últimas semanas su imagen de buena gestión ha recibido un sonoro tortazo. La crisis desatada por el fallo del Sistema Andaluz de Salud, a la hora de realizar el cribado de cáncer de mama en hasta 2.000 mujeres, ha abierto un boquete político cuando falta menos de un año para que se abran las urnas.

La oposición no ha dado tregua con el asunto. Y nada indica que vaya a cesar la ofensiva. Tanto el PSOE como sus socios de izquierda ansían haber dado con la tecla para erosionar al presidente andaluz. Por el momento, Moreno ha respondido a la crisis con el cese de la consejera del ramo, pero el escándalo puede crecer y terminar desatando una tormenta mayor. No obstante, las alarmas deberían sonar en el PSOE.

La candidata, María Jesús Montero, vicepresidenta primera y número dos del partido, es incapaz de mejorar los resultados de los suyos. Es más, si se cumplen los pronósticos, se confirmaría que su empeño en valerse de los recursos del Ejecutivo para hacer campaña en su tierra no ha servido de mucho. Los socialistas aún no se han sobrepuesto del «shock» que supuso para ellos perder el gobierno andaluz tras cuatro décadas de hegemonía.

Desde entonces, transitan por una travesía desértica que les ha llevado a cambiar de candidato. Hace tres años fue Juan Espadas quien se enfrentó al PP y fue incapaz. Ahora, será Montero, por decisión de Sánchez, quien lo intente, pero a sabiendas de que lo tiene casi imposible. Es más, hace tiempo que en el PSOE se pide a su «número dos» que salga de Moncloa y cruce Despeñaperros para centrarse en la tierra.

El voto por edades

Juanma Moreno y su equipo demoscópico tienen otra buena noticia a la que agarrarse, según los resultados de la encuesta. El PP gana en todas las franjas de edad, también entre los jóvenes de entre 18 y 29 años. El 13,8% cogería la papeleta azul; el 9,4% la socialista; el 8,8%, la de Vox, y el 8,1% la de Por Andalucía.

Y algo similar ocurre entre quienes tienen 30 y 44 años, entre quienes están entre 45 y 64 y en aquellos que ya han cumplido los 65. El PP, en cualquier caso, detecta que la inmigración es un gran catalizador de tendencias políticas; motivo por el que Génova está haciendo hincapié en ese tema y lo está convirtiendo en uno de sus principales ejes de campaña. En Almería, sin ir más lejos, es la gran cuestión. Los populares compiten con el auge de Vox, formación a la que quieren neutralizar.

Los socialistas se mantienen segundos en la distribución del voto en todas las franjas de edad. Pero Vox les pisa los talones. El análisis de los populares es que los andaluces quieren posiciones más duras y, por eso, están penalizando al PSOE. Pero hay otro factor a tener en cuenta.

Montero se ve en Andalucía como la candidata de Pedro Sánchez. En cierta manera, se tiene la sensación de que quien compite cuando se abran las urnas, en verdad, será el «sanchismo». Ese es el motivo por el que el PP baraja la posibilidad de asestar un golpe a Moncloa con una convocatoria anticipada de elecciones en varias de sus comunidades autónomas. Sánchez lo huele y lo sabe y ya ha defendido el fuerte con una precampaña ideológica para combatir al PP: Gaza, aborto y, en noviembre, Franco.