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La CUP planea dejar el Parlament y forzar elecciones anticipadas

La formación anticapitalista boicoteará la actividad de la Generalitat

El portavoz del Secretariado de la CUP, Lluc Salellas, ayer en Palamós (Girona)
El portavoz del Secretariado de la CUP, Lluc Salellas, ayer en Palamós (Girona)larazon

La formación anticapitalista boicoteará la actividad de la Generalitat

Si las desavenencias entre JxCat y ERC han dejado la legislatura catalana moribunda, la CUP allanó ayer todavía más el camino hacia un adelanto electoral. Los anticapitalistas, que han adquirido un rol más secundario en los últimos meses después de que los «comunes» hayan dado un paso adelante y se hayan erigido en la potencial nueva muleta del Govern, asestaron un golpe de efecto y advirtieron al Govern que boicotearán su actividad en el Parlament. «Intentaremos que no se consolide un Govern autonomista», afirmó el portavoz del Secretariado de la CUP, Lluc Salellas, tras la reunión del Consejo Político Extraordinario.

A pesar de la declaración de intenciones, el cupero no detalló todavía cómo pretenden dificultar al ejecutivo de Quim Torra: se concretará en un nuevo cónclave del partido a principios de noviembre. De entrada, en todo caso, está previsto que los anticapitalistas voten en contra de todas las iniciativas con tintes «autonomistas» y, como opción que sopesa la CUP estaría el abandono del hemiciclo durante los Plenos. Otro de los escenarios que también sobrevuelan es la exigencia de unas elecciones, pero ese extremo no depende de ellos –a potestad de disolver el Parlament es del presidente de la Generalitat– aunque lo sitúan como un objetivo de sus maniobras. «Nosotros no tenemos el botón para convocar elecciones. Nosotros tenemos nuestra actividad parlamentaria y estamos explorando qué límites tenemos para conducir la situación a unos comicios», afirmó Salellas. Lo que también volvió a dejar claro el portavos de la CUP es que no se sentarán a negociar los presupuestos con el Govern, que ya mira a los «comunes» y, de forma más tímida, al PSC.

Sin los cuatro diputados de la CUP, JxCat y ERC se quedarían en 61 escaños –descontando los cinco diputados suspendidos y no sustituidos–. La mayoría parlamentaria se sitúa en 68 parlamentarios –el Parlament dispone de 135 escaños–, lo que obligaría al Govern a contar con el respaldo de los ocho diputados de los «comunes» para sacar adelante todas sus iniciativas, incluido los presupuestos. No le valdría ni una abstención, ya que los constitucionalistas suman ahora 57 escaños, que sumados a los cuatro de la CUP supondrían 61 –en caso de empate, las iniciativas no se aprueban–.

Asimismo, más allá del Parlament, los anticapitalistas tienen previsto centrar ahora buena parte de sus esfuerzos en la calle con el horizonte puesto en los juicios a los dirigentes del «procés»: «Hemos decidido centrar la acción política en las calles que nos permita llegar con el máximo músculo posible».