Caso ERE

La imputación de Álvarez trunca la estrategia del PSOE contra Bárcenas

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, con Manuel Chaves, ex presidente andaluz
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, con Manuel Chaves, ex presidente andaluzlarazon

Noqueados, preocupados, derribados... La dirección federal del PSOE no levanta cabeza. Si hace una semana apenas pudo encajar el anuncio del relevo puesto en marcha por José Antonio Griñán, ayer la imputación de la ex ministra Magdalena Álvarez por el «caso de los ERE» les dejó sin palabras. Ni una declaración pública, ni un intento de acercarse a los micrófonos ni a los periodistas que durante todo el día aguardaron una reacción del secretario general o de su número dos. Acabado el Pleno, ambos salieron del hemiciclo a la carrera por una puerta que habitualmente no frecuentan. Ellos aducen que porque les esperaba Pere Navarro en las inmediaciones de la Cámara Baja para seguir la negociación sobre el modelo federal, pero la impresión general es que pretendían dar esquinazo a los medios. Lo lograron salvo con un «plumilla» avezado que sí logró arrancar a Alfredo Pérez Rubalcaba un escueto «en absoluto» cuando se le preguntó si le preocupaba una posible imputación de Griñán después de la de la ex ministra de Fomento de José Luis Rodríguez Zapatero.

Más allá de esta parca declaración, sólo la portavoz del PSOE en el Congreso , Soraya Rodríguez, se prestó a hacer declaraciones. Tan sólo, eso sí, para expresar el «respeto absoluto» de su partido a la decisión de la juez y subrayar que la Junta de Andalucía ha «colaborado de verdad» con la Justicia «desde el primer momento».

Quien no tuvo reparos en dar su opinión fue el ex presidente de Andalucía, Manuel Chaves, para confiar en la inocencia de la que fue su consejera en el Gobierno andaluz. y para dudar de una posible imputación de Griñán.

Lo cierto es que el auto de Mercedes Alaya conmocionó a los socialistas, no tanto porque duden de la ex minsitra –que no es el caso– sino porque desbarata, en cierto modo, la estrategia de oposición de un PSOE que tenía el campo abierto contra el PP tras el ingreso en prisión de su ex tesorero Luis Bárcenas. Y porque, además, abre la espita de las especulaciones sobre la decisión de Griñán de no volver a presentarse como candidato y acelerar el relevo generacional en el socialismo andaluz. Ya se elucubró, con escaso fundamento, que el anuncio del presidente andaluz tenía que ver con su inminente imputación en el caso de los ERE. Y aunque oficialmente no se reconoce, en el PSOE temen que la «disparatada» instrucción de Alaya persiga cobrarse esa pieza política.

No obstante, desde la dirección federal proclaman las generales de la ley, esto es, su respeto a las decisiones judiciales, si bien defienden la inocencia de Álvarez y de Griñán. Otras fuentes señalan que la imputación de ayer «quedará en nada porque no se le acusa más que de cumplir la ley». Añaden algunos socialistas que es muy significativo el momento elegido por la jueza para hacer público el auto. Hablan de «precisión inverosímil» entre el proceso judicial y la agenda política del PSOE andaluz.