La UME se pone a prueba ante una emergencia de interés nacional

Un seismo de 6,3 grados en la escala Richter ha azotado de madrugada a la localidad (ficticia) de Luñol, en Valencia. Rápidamente, el caos invade la zona: hay numerosos edificios destruidos, dos plantas químicas y una central hidroeléctrica con graves daños, servicios esenciales afectados y, como no, numerosas víctimas y damnificados. Este es el panorama que a partir de hoy y hasta el próximo jueves se encontrarán los más de 3.000 participantes en el ejercicio Gamma "Luñol 2014", que por sexto año organiza la Unidad Militar de Emergencias (UME) con el objetivo de adiestrar a su Cuartel General en el planteamiento y la dirección operativa de una emergencia de interés nacional (nivel 3), así como al resto de expertos civiles, militares y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se integran en su puesto de mando. Además, se busca mejorar la coordinación entre los distintos cuerpos y, sobre todo, la cooperación entre diferentes unidades de las Fuerzas Armadas, UME y los servicios de rescate. Un ejercicio que, en esta edición contará con observadores y equipos de países como Brasil, Estados Unidos, Francia, Marruecos o Portugal, junto a los que también habrá representantes de organizaciones internacionales como la UE, la "Iniciativa 5+5"o la Organización de Estados Americanos, entre muchos otros.

Como en años anteriores, la gestión de la catástrofe va pasando por diferentes niveles según esta va aumentando. Así, inicialmente será el consejero de Gobernación y Justicia de la Generalitat valenciana el que active el Plan Especial ante el riesgo sísmico y declare el nivel 2 de emergencia, solicitando el apoyo de la UME. Pero según se va valorando la gravedad de la situación, su dimensión y los medios de que disponen, el consejero no tiene más remedio que solicitar al Ministerio del Interior que declare la emergencia de interés nacional (nivel 3). Es a partir de ahí cuando, dependiendo de Interior, el jefe de la UME asume la dirección y la coordinación de las operaciones de emergencia, canalizando todos los medios disponibles por el Estado para hacer frente a la catástrofe.

Pero no sólo se simulará como se pasa de nivel 2 a 3, sino que en esta edición se escenificará la desescalada de la catástrofe, simulándose la transferencia paulatina a las autoridades de la comunidad la responsabilidad en la gestión de los servicios esenciales una vez hayan sido restablecidos provisionalmente y con el control de la emergencia en las zonas afectadas. Es decir, cuando todo esté controlado, la propia Generalitat será la que deberá hacerse cargo de la dirección y la coordinación de sus medios.