Son decenas de miles las personas que deciden jugarse la vida y tratar de llegar a Europa a través de las costas de España en busca de un futuro digno. Lo hacen de manera irregular, con los peligros inherentes que ello conlleva. De hecho, la ruta canaria es una de las más mortíferas de Europa. Sin embargo, en los últimos meses, está emergiendo una nueva ruta en las que se está registrando un alarmante incremento de muertes.

Más de 30 migrantes han muerto en el primer trimestre de este año intentando acceder de manera irregular a Melilla desde Marruecos por vía marítima, según la ONG Solidary Wheels, que atribuye este “goteo incesante de cadáveres” a la “restricción de acceso a vías legales” por un refuerzo de la frontera terrestre tras “la masacre” del 24 de junio de 2022.

En una nota de prensa, Solidary Wheels ha asegurado que son, al menos, 32 los cuerpos sin vida localizados en las costas de Melilla y Beni-Enzar (Marruecos) entre enero y marzo, la mayoría de jóvenes procedentes de Marruecos que se habían adentrado en el mar para alcanzar costas españolas.

Esta ONG califica este tipo de travesía como “extremadamente peligrosa” porque, además de que puede durar hasta ocho horas, se suele realizar de noche “para no ser avistados por las patrulleras y evitar ser devueltos”. Es también recurrente que estas personas decidan hacerlo cuando las condiciones meteorológicas son adversas para así aprovechar que la visibilidad y los controles policiales son menores que en los días con buena mar y claridad.

Esta entidad señala los acuerdos entre España y Marruecos como la razón del cambio de las rutas migratorias. Además, sitúa al incremento de los precios para viajar en patera, que pueden alcanzar los 10.000 euros o el refuerzo policial a ambos lados de la frontera.