Reactivación

El acuerdo con Marruecos mantiene a raya la inmigración aunque dispara las llegadas a Ceuta y Melilla

Las llegadas irregulares terrestres a sendas ciudades crecen un 27,2%, confirmando la reactivación de estas dos rutas

Unos 500 migrantes de origen subsahariano han conseguido saltar la valla de Melilla, a 2 de marzo de 2022, en Melilla (España).
Unos 500 migrantes de origen subsahariano han conseguido saltar la valla de Melilla, a 2 de marzo de 2022, en Melilla (España).ILIES AMAREuropa Press

Contener la inmigración irregular es una arista importante en el giro en la política exterior del Gobierno con Marruecos, iniciado este año a cambio del reconocimiento por parte de España de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental. La avalancha migratoria en Ceuta –que obligó a desplegar al Ejército– tras conocerse que España había acogido al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, a espaldas de Rabat en mayo de 2021 despejó cualquier atisbo de duda respecto a la dependencia española en el control de los flujos migratorios.

A tenor de los datos extraídos del balance quincenal sobre inmigración irregular publicado por el Ministerio del Interior, el balance es desigual. Desde el 1 de enero hasta el 15 de diciembre llegaron a España de forma irregular 29.999 personas, lo que supone 8.980 menos que en el mismo periodo de 2021 y un descenso del 23 %, aunque las llegadas de inmigrantes que han saltado las vallas de Ceuta y Melilla sigue en aumento.

De hecho, los saltos a las vallas de Melilla y Ceuta, dos rutas que se han reactivado este año tras meses adormecidas, aumentaron un 27,2%, con la llegada de 2.210 inmigrantes, 472 más que el año pasado. A Melilla llegaron 1.173 (un 10,8 % más) y 1.037 a Ceuta (un 52,71 % más). Estas cifras no tienen nada que ver con las entradas masivas que se produjeron años atrás, sin embargo, su aumento se produce en medio de una tendencia a la baja de los flujos migratorios en otros puntos de entrada. Además, este incremento preocupa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad porque cada vez son más violentos.

De hecho, los datos se conocen mientras continúa el debate sobre lo ocurrido en la valla de Melilla el pasado mes de junio, después de que una investigación de la BBC haya acusado a la policía marroquí de trasladar cadáveres de los migrantes que intentaron cruzar la frontera desde territorio español y al Ministerio del Interior de ocultar imágenes de las cámaras de vigilancia. Unos hechos que negó el propio ministro Fernando Grande-Marlaska, cuya actuación y la de las Fuerzas de Seguridad fue criticada por el socio minoritario de la coalición. Sin embargo, la Fiscalía archivó el pasado viernes la investigación que abrió hace seis meses tras los graves altercados que se produjeron en los que al menos 23 migrantes resultaron muertos, al no apreciar indicios de delito. Es más, constató que la actuación de los migrantes, entre 700 y 800 personas, fue en todo momento hostil y violenta, tanto hacia los agentes marroquíes como hacia los españoles.

Otro indicador del aumento en estas rutas es el registro de nuevos métodos para sortear la valla y todos sus controles a ambos lados. A principios de mes de diciembre, un inmigrante consiguió acceder a Melilla volando en parapente para superar los seis metros de la valla fronteriza que separa España de Marruecos, una forma inusual de entrada irregular en territorio de la Unión Europea.

El resto de rutas, sin embargo, registran caídas por sexta quincena consecutiva, incluida la ruta canaria, que en los dos últimos años experimentó un enorme crecimiento comparable con la crisis de los cayucos de 2006. Así, a falta de que se conozcan los datos definitivos en unos días, a las costas Canarias llegaron en lo que va de año 15.466 personas, un 24,9 % menos respecto a un año antes, lo que supone el mayor descenso de este año en las llegadas al archipiélago. Lo que no se detienen son las muertes en este trayecto, considerado uno de los más mortíferos por la duracción de su trayecto y las condiciones del mar. Un total de 7.692 personas han muerto en el mar tratando de llegar a España en pateras, cayucos y lanchas neumáticas por la llamada Ruta Canaria en los últimos cinco años, lo que supone un promedio de 4,2 muertes al día, según los datos que recopila el colectivo Caminando Fronteras.

Por último, las llegadas a las costas de la península y Baleares también descendieron en la misma línea que las llegadas a las Islas Canarias: un 24,7 %, con 3.954 migrantes menos que en 2021.