Balance

Año récord de llegadas irregulares a Canarias

El archipiélago supera las cifras de 2006, con la llamada «crisis de los cayucos» y en todo el país se alcanza la segunda más alta

La inmigración en 2023
La inmigración en 2023La Razón

L s cifras de llegadas irregulares a España se dispararon durante este año, especialmente, se reactivó la ruta canaria, que desde julio de 2023 registra grandes incrementos rompiendo así con la tendencia de descenso en las llegadas desde marzo de 2022. Solo en octubre han llegado 15.729 personas, lo que supera el total de llegadas en el año 2022. Y es que estamos ante un año de récord en migración ya que ha sido el segundo con más llegadas de forma irregular a España (52.945), después de 2018, cuando se registraron 64.298. Además, ha sido el primero en el que han arribado mayor número de personas a Canarias (37.187), seguido por 2006, con la llamada «crisis de los cayucos» (31.678). 

Estas cifras históricas se explican por los nuevos sistemas de control implantados en las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla, la saturación de algunos puntos tradicionales de salida clandestina de inmigrantes o el cierre de otras rutas que favorecen que las «Islas Afortunadas» estén recibiendo, sin contar con los medios suficientes, toda la inmigración que evita el Estrecho de Gibraltar. No obstante, muchos no llegan a su destino final porque son devueltos a sus países o porque mueren en su intento de alcanzar el continente europeo.

Al igual que en años anteriores, las entradas han aumentado coincidiendo con el final de año. De finales de agosto a finales de octubre, el estado de la mar y los vientos son muy favorables para las travesías, lo que ha hecho que esta época del año se denomine como de «Las Calmas». Basta con analizar los datos para comprobar que frente a las 1.195 llegadas de febrero, en octubre se dispararon hasta las 15.739.

De hecho, se aprecia una sustancial diferencia en los puntos de origen de las salidas. Si en 2022 eran Marruecos y el Sáhara Occidental, ahora se sitúan en Senegal y Gambia. Se trata de periplos largos, que pueden alcanzar los 1.000 o 1.500 kilómetros y que implican entre seis o siete días de duració. A mayor distancia mayor peligro

El paradigma de este cambio de ruta es la situación en El Hierro, que se ha convertido en el principal punto de llegada pese a ser la isla más pequeña y la más alejada. «La situación es realmente dramática. Nos está afectando a nuestro modo de vida y, lo peor, es que no se están poniendo los medios acordes con lo que tenemos enfrente», cuenta a LA RAZÓN Fernando Gutiérrez, portavoz de la Cofradía de Pescadores del puerto de La Restinga.

El perfil de los que desembarcan es muy homogéneo: se trata de varones con nacionalidades dispares como Senegal, Costa de Marfil y Marruecos. «Se están registrando unas cifras de llegadas sin precedentes que ya superan las del año 2006 en la denominada crisis de los cayucos. Las personas que lo hace tienen diferentes necesidades. Hay individuos que tienen necesidades de protección internacional y hay otras que lo hacen por otros motivos», asegura a LA RAZÓN la coordinadora estatal de incidencia de CEAR, Nuria Díaz

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Otro de los perfiles más detectado durante este último año está relacionado con el aumento significativo de menores de edad no acompañados (mena). Se estima que el número de niños y niñas solos que han llegado al archipiélago supera los 4.000, más del doble de los que tenía a su cuidado antes del verano. Es más, Canarias lleva años reclamando una reforma legal que obligue al Estado y al resto de autonomías a compartir esa responsabilidad porque los mecanismos voluntarios de solidaridad no han funcionado. En total, las comunidades autónomas tienen en sus servicios de protección a la infancia a casi 12.400 menores extranjeros no acompañados, de los cuales cerca del 40% están en las Islas.

Otra de las características la actual crisis migratoria está relacionada con el uso de embarcaciones precarias (principalmente cayucos), que debido a su inseguridad, el gran número de personas que transportan y la longitud del trayecto está disparando el número de muertes en esta ruta, conocida como la más mortífera. Según los datos de «Missing Migrants», al menos 860 han muerto en lo que va de año en su intento por alcanzar el sueño europeo.

Entre las causas que explican este repunte migratorio, desde CEAR señalan que «las migraciones han existido siempre y van continuar». En este sentido, apunta, al incremento de los conflictos globales. En concreto, en el Sahel, desde 2020 han estallado múltiples golpes de Estado protagonizados por militares. Por otro lado, las repercusiones sociales de la crisis política en Senegal ha empujado a un elevado número de su población a embarcarse desde el mes de julio, cuando fue encarcelado el principal líder opositor Ousmane Sonko. Su detención provocó un estallido de protestas que deterioró el clima social. Entre los motivos que siguen empujando a la gente a subirse a un cayuco continúa el cambio climático, uno de los desafíos de cara a un futuro control migratorio. Desde CEAR lo tienen claro: «Las migraciones han existido siempre y van a continuar y más, precisamente, en el escenario global de incremento de conflictos, y violaciones de Derechos Humanos».

Recursos

La llegada descontrolada de embarcaciones ha puesto contra las cuerdas a los sistemas de acogida, especialmente en las Islas Canarias. No es una situación nueva ya que en 2020 cuando se reactivó esta ruta se detectó que faltaban recursos para atender a los inmigrantes. A pesar de la inversión realizada tanto por el Gobierno autonómico como por el Estado siguen apreciándose deficiencias en los sistemas de acogida. No en vano, con 500 migrantes llegando diariamente a Canarias es complicado dar una respuesta garantista pese a las inversiones. Así, el coste para el Gobierno de Canarias durante el presente año ascendió a 94 millones de euros, repartidos entre las Consejerías de Educación, de Sanidad y de Bienestar Social, según el gobierno regional. Esta cantidad se ha destinado a 64 centros para atender a los mena y para los recursos sanitarios que se han desplegado para atender a pie de muelle a todos los migrante, entre otros. Desde el Ejecutivo, se destinó un segundo paquete económico de 50 millones de euros para los menores que llegan solos con el fin de acogerles en centros, así como en mejorar las posibilidades de inserción sociolaboral de las personas extuteladas y realizar actuaciones en países de origen para prevenir la migración irregular. En este sentido, Migraciones reconoció la semana pasada que se han enviado a la Península «unos 14.000» inmigrantes y cifró en más de 2.000 los que todavía permanecen en las Islas Canarias, donde durante la última semana se han producido centenares de llegadas.

El balance deja también un cambio en la cartera de Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Arrancó el año bajo la tutela de José Luis Escrivá y concluye con Elma Saiz a la cabeza. No obstante la gestión de este fenómeno necesita de una respuesta poliédrica que implica la actuación de varios ministerios. Prueba de ello es que a principios de este mes, Pedro Sánchez puso a trabajar a cuatro de sus 22 ministros en este fenómeno que atormenta a los europeos, tal y como demuestra el último Eurobarómetro, que recoge el creciente aumento de la inquietud por la inmigración, que pasa a ser la segunda preocupación para los europeos en general y la tercera en el caso de España.