
Balance, Sánchez
Las "mentirijillas" de Sánchez
Los balances políticos de estos momentos del año son solo negros o blancos, dependiendo de quien los haga. El gris se borra del arco cromático. Y lo que nos cuelan son muchas afirmaciones poco ajustadas a la realidad

Todos los presidentes del Gobierno se afanan en vender sólo triunfalismo cuando llega el momento de hacer balance de su gestión política. Este no es un problema sólo de Pedro Sánchez. Pero en su agenda hay dos temas sensibles, la regeneración y la política social, y en los dos se le han colado afirmaciones que pueden calificarse de "mentirijillas" en el sentido más buenista de la valoración política.
Sánchez ha presumido de su política en vivienda, cuando es una de las áreas con un suspenso más grande. La Ley de Vivienda pretendía regular los precios del alquiler, limitar las subidas en zonas tensionadas y penalizar la vivienda vacía. Pero apenas ha tenido efectos fuera de Cataluña y algunas ciudades gobernadas por la izquierda, y tampoco positivos. Además, la limitación de precios y el control de alquileres ha generado inseguridad entre pequeños propietarios, aunque esto no aparezca en el balance que ha expuesto el presidente del Gobierno. La reducción de la oferta y una mayor economía sumergida no son logros de los que sentirse orgulloso. Y qué decir de las casi doscientas mil viviendas públicas prometidas, y el hecho de que ninguna de estas promociones esté construida ni lo vaya a estar a corto plazo.
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) fue una medida estrella que se lanzó en pandemia, pero solo ha llegado a un tercio de los beneficiarios previstos. La burocracia y las exigencias administrativas han hecho que sea una herramienta poco eficaz para combatir la pobreza estructural.
Y como tercer suspenso hay que apuntar a la falta de una reforma profunda de los cuidados. El Gobierno anunció un plan de Cuidados 2023-2026, pero sin presupuestos, sin hoja de ruta y sin una ley estructural. Estos cuidados a nuestros mayores o personas dependientes, después de siete años de Gobierno progresista, siguen dependiendo del sector de las mujeres migrantes sin regularización.
La realidad es que los grandes titulares se diluyen como azucarillos cuando se profundiza en el dato. Y de mentirijilla cabe también llamar la confianza del presidente del Gobierno en la aprobación de los Presupuestos del 26, después de que, por el momento, no haya ninguna señal de que se esté en ese proceso de elaboración y negociación de unas cuentas nuevas. Aunque da igual que no se aprueben porque lo único que puede llevar al presidente del Gobierno a tener que convocar elecciones es que hubiera indicios claros de la financiación irregular.
El mensaje sobre la corrupción también flaquea porque no hay ninguna coincidencia entre lo que defendía el Sánchez opositor y lo que sostiene el Sánchez presidente de un Gobierno en cuya matriz se ha criado un nido de corrupción que afecta, de momento, a uno de los Ministerios nucleares del Gabinete, y que dejka intuir ramificaciones que tocan a gobiernos autonómicos y a otras áreas del Gobierno.
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