Terrorismo
Objetivo Al Ándalus: la yihad busca en redes traductores fiables de árabe a español
Crece el interés del Estado Islámico y Al Qaeda por nuestro país como un primer eslabón de su objetivo de implantar un gran «califato» en Europa
Un vídeo subtitulado en castellano y la petición de traductores de árabe a español. En la misma semana, en sendas redes yihadistas. Dos gotas en el océano de este terrorismo, un peligro creciente por más que los que se agarran a las encuestas traten de minimizarlo por extrañas razones. Las referencias a Al Ándalus (como denominan a nuestro país) no aparecen todos los días, pero son muy frecuentes en las publicaciones tanto del Estado Islámico (Isis, Daesh) o Al Qaeda.
España, además de haber pertenecido a la coalición internacional que derrotó militarmente al Isis en 2019 –lo que no ha supuesto, ni mucho menos, la desaparición de la banda yihadista que cada día comete atentados en aquellas zonas en las que tiene influencia–, suma otros factores que la convierten en objetivo preferente de los terroristas.
Por un lado, están las citadas referencias históricas a la invasión musulmana y posterior expulsión después de siete siglos. No es casualidad que dos de las franquicias de Al Qaeda nominen sus redes mediáticas Al Ándalus, como la de Al Qaeda para el Magreb Islámico, hoy integrada en el JNIM, cuya publicación se titula «As Zallaqa», en referencia a la batalla de Sagrajas, en octubre de 1086, entre las tropas cristianas de Alfonso VI de León y los almorávides de Yúsuf ibn Tasufin, con la derrota de las primeras.
La segunda, de carácter geográfico, ya que nuestro país es uno de los pasos hacia Europa de los yihadistas que puedan llegar de África camuflados entre los inmigrantes ilegales. No es ninguna quimera ni un ataque contra los que buscan una vida mejor, que son la mayoría, sino una realidad avalada por datos que, desgraciadamente, concluyeron en terribles atentados.
Un tercer factor, no menos importante porque afecta directamente a la seguridad nacional, es el de las personas que ya se han convertido en potenciales actores –«lobos»– solitarios o están en camino de hacerlo. Pueden llegar a los 800 y, según ha sabido LA RAZÓN, las Fuerzas de Seguridad del Estado mantienen «calientes» una treintena de operaciones sobre sujetos peligrosos.
La estrategia que se sigue, que ha dado excelentes resultados, es la de la prevención y, al menor atisbo de que el individuo puede pasar a la acción o en su trabajo de adoctrinamiento pretende captar a nuevos yihadistas, se procede, previa autorización judicial, a su detención. La casi totalidad de los arrestados durante el año pasado ingresaron en prisión. Algunos de ellos ya se encontraban en proceso de adquisición de sustancias para fabricar explosivos artesanales o comprar armas en el mercado negro. Además de los cuchillos y puñales.
Preocupa, por lo que los expertos han constatado en las últimas operaciones, la voluntad de los terroristas de iniciar las captaciones entre los menores de edad. De hecho, en el vídeo al que se ha hecho referencia anteriormente se podía ver a adolescentes que formaban parte de los «rituales yihadistas». Se han llegado a detectar plataformas de videojuegos que se utilizan para expandir la doctrina yihadista.
Esta estrategia ya se inició en tiempos del «califato» en Irak y Siria y ha continuado en los campos de internamiento en los que están los familiares de los yihadistas capturados, entre ellos sus hijos. Una reciente publicación del Estado Islámico pedía a las madres que formaran en la yihad a sus vástagos.
En cualquier caso, el principal peligro para la seguridad de España, en lo que a amenaza terrorista se refiere, son los mal llamados «lobos solitarios». En Europa se han producido ataques recientemente por parte de sujetos con este perfil y en nuestro suelo puede ocurrir, como sucedió en Algeciras. Sin embargo, es esa labor de los agentes antiterroristas la que ha evitado varias acciones criminales. Ha sido posible gracias, entre otros factores como la colaboración ciudadana, a las labores de ciberpatrullaje de los agentes.
Es una guerra silenciosa en la que las «armas» por ambos bandos son los ordenadores y aparatos telemáticos que unos, los terroristas, utilizan para difundir doctrina y consignas; y los otros, las Fuerzas de Seguridad, para localizar a los que se dedican a expandirlos por las redes sociales. La opinión pública no llega a interiorizar este importante trabajo que ha evitado muchos momentos de dolor, como los vividos en Madrid y Cataluña. Los primeros se hacen llamar «muyahidines virtuales».
Los yihadistas no hacen otra cosa que seguir las órdenes de los cabecillas del Isis que, en una reciente publicación, advertían de que la juventud musulmana se «enfrenta a un ataque doctrinal y moral, a actividades sistemáticas y vigorosas, para separarlos de su religión en general y de la adoración de la yihad en el camino de Dios en particular», con los señuelos de la «libertad personal» y «evolución».
La respuesta –agregaban– está en seguir las ideas-fuerza que les hacen llegar a través de las redes sociales.
En las operaciones realizadas en España durante el año pasado, uno de los patrones comunes de los arrestados era la creación de numerosos perfiles en diversas plataformas, desde las que daban su apoyo a la doctrina yihadista y se glorificaban las acciones criminales del Daesh, con imágenes de decapitaciones , quema de poblados y demás atrocidades.
Asimismo, las peticiones de financiación del terrorismo eran frecuentes y se indicaban las vías, normalmente en criptomonedas, para hacerlas efectivas. Por citar un dato del peligro de estos individuos, uno de los arrestados tenía 400.000 seguidores.
Estas operaciones policiales obligan a los cabecillas yihadistas encargados de ello a tratar de perfeccionar sus sistemas de encriptación y a intentar identificar a los que, creen ellos, se infiltran en sus redes como unos aspirantes a actores, «lobos solitarios», más.
Con todo, la labor de los expertos antiterroristas está logrando causar, dentro de la obsesión propia de los fanáticos, quienes ven enemigos por todas partes, debates en los que se llega a cuestionar si las plataformas creadas por el propio Estado Islámico, como «Horizons», que apareció por primera vez en el año 2016 en una página oficial del Isis, son elementos seguros o «están en manos de los infieles».
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