Tensión
El PSOE da máxima relevancia a Turull (Junts) y le cita en el Congreso tras la polémica por la inmigración
Los socialistas avisan que habrá "muchas reuniones" y obvian el malestar de sus socios por el traspaso de competencias
La polémica por el traspaso de competencias de inmigración incide de lleno en la «normalización de las relaciones» que busca el PSOE para dar total transparencia a sus pactos con los independentistas. El Gobierno y el PSOE, solo cinco días después de someterse a una agónica negociación con Junts en el Senado vuelve a tener que practicar el filigranismo para sostener su Gobierno, a la vez que tiene que sortear los constantes envites que llegan desde Cataluña. A la bronca por la delegación de inmigración se une, en último momento, el nuevo órdago de Junts, que nunca orilló a pesar de la negativa del Gobierno. Referéndum sí o fin al apoyo en Madrid.
Así, ante las discrepancias entre PSOE y Junts, los socialistas han optado por reforzar sus relaciones con los independentistas y darle completa normalidad. Este mismo miércoles, el número tres de Sánchez en el partido, Santos Cerdán, se reunirá con el secretario general de los posconvergentes en el Congreso de los Diputados, según confirman fuentes de la cúpula de Ferraz. Será la primera vez que un dirigente de Junts sin escaño en el hemiciclo acuda a las dependencias del Congreso de los Diputados para reunirse al más alto nivel con el PSOE. La cita, según explican, está enmarcada en las divergencias con sus socios por las competencias en inmigración, aunque, de fondo, estarán también impregnadas por el ambiente negociador para el devenir de la legislatura, donde el PSOE necesita atarse a sus socios para dar estabilidad al Gobierno. «Necesitamos los votos y eso requiere hablar mucho y celebrar muchas reuniones e intercambiar papeles. Esta legislatura estará marcada por el diálogo», explican fuentes socialistas.
De esta manera, en el PSOE buscan quitarse el complejo ante las críticas que vienen del bloque de la derecha por sus negociaciones con Junts y ERC. «No hay que hacer noticia cada vez que haya una negociación o un acuerdo. Nos vais a ver en muchas ocasiones reuniéndonos todos», resuelven en el partido. En el PSOE, donde cunde el pesimismo sobre la convulsa legislatura que hay por delante ante su fragilidad numérica, se trata ahora de cambiar el pie y tomar impulso ante el vaticinio de que habrá más negociaciones en la que sus socios pongan en riesgo al Ejecutivo. «Tenemos que hablar con todos, necesitamos todos los votos. Esta legislatura requiere diálogo». zanjan.
Ayer, el secretario general de Junts, Jordi Turull, insistió en reclamar todas las competencias en inmigración para Cataluña, después de salvar el decreto anticrisis del Ejecutivo la pasada semana. «Nosotros tenemos el objetivo y la lógica de tener todas las competencias. Si nosotros tenemos pactado la gestión integral, después no vale decir que una cosa sí y la otra, no», avisó en TV3. Solo unos minutos después de que el presidente del Gobierno quitara hierro a la cesión de inmigración a Junts y preguntado por si el acuerdo con Junts afectará a las competencias de la Policía Nacional, mantuvo la ambigüedad y defendiera que las políticas del control de fronteras «están en mano de la Administración del Estado». El presidente rebajó la cesión de competencias de inmigración a Cataluña después de que Junts insistiera en que deberá de ser «integral» . Además, Sánchez vio con buenos ojos el hecho de que «las comunidades autónomas quieran reforzar su participación en todo lo que tiene que ver con la política migratoria».
No es el único asunto con el que Junts apremia al Gobierno. De nuevo, el partido de Carles Puigdemont presiona a Pedro Sánchez con la convocatoria de un referéndum de independencia para seguir apoyando al Ejecutivo en Madrid. «Nadie puede asegurar que no habrá un referéndum o indultos a los presos de ETA», aseguró ayer. Turull lanzó un nuevo órdago a los socialistas y les aviso que si no hay referéndum, no habrá mas apoyo. «Si el Estado se niega en redondo, colorín colorado».
Para la cuestión migratoria, Junts necesita poner de acuerdo al resto de socios del Ejecutivo y, de momento, las cuentas no salen. ERC ha rechazado el pacto en inmigración y ha aventurado que ello es una práctica xenófoba. Así, la cesión a Junts a cambio de salvar los decretos la pasada semana en el Senado, ha tenido una consecuencia directa para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el conflicto ideológico con el resto de sus socios, hasta los que habitan en Moncloa.
Unos acuerdos, el traspaso de competencias en inmigración, –concretamente– que ha sentado como un jarro de agua fría entre los principales socios del Ejecutivo. Sumar se posicionó ayer en contra del pacto y criticó «el fondo y las formas» del acuerdo alcanzado por su socio de Gobierno. El portavoz y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, avisó de que «no se puede volver a repetir». «No compartimos ni el fondo ni las formas», avisó. Además, a juicio de Sumar, la política migratoria «se debe ordenar bien, no pare lógico que esto se negocie al último momento». Podemos, en la misma línea, rechaza el pacto y avisa que, de llegar al Congreso, votará en contra del mismo, al entender que registre derechos. «No vamos a votar a favor de ningún decreto o ninguna ley que restrinja los derechos de las personas migrantes», avisan.
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