Hacienda

Pujol Jr. medió ante el Barça a favor de una fundación que canalizó sus comisiones

La entidad sin ánimo de lucro recurrió a sus «contactos» para financiar al equipo de rugby.

Jordi Pujol Jr. durante su declaración ante el juez el pasado 25 de abril, horas antes de ingresar en prisión
Jordi Pujol Jr. durante su declaración ante el juez el pasado 25 de abril, horas antes de ingresar en prisiónlarazon

La entidad sin ánimo de lucro recurrió a sus «contactos» para financiar al equipo de rugby.

El presidente de la Fundación Albert Pascual, dedicada a la promoción del rugby en Cataluña y que, según la UDEF, utilizó Jordi Pujol Ferrusola, «Junior», para canalizar el cobro de comisiones, reconoció el pasado 3 de marzo al juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, en su declaración como testigo, que fue el primogénito del ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol quien les «puso en contacto» y «consiguió» que el Fútbol Club Barcelona «asumiera» la firma de un convenio en 2003 para financiar a su equipo de rugby.

La fundación que preside Raimon Jorba («amigo del rugby», dijo, de Pujol Ferrusola), también utilizó la intermediación del mayor de los Pujol (en prisión provisional desde el pasado 25 de abril) para conseguir firmar con «grandes empresas» como Isolux y Copisa convenios de donación. La primera se comprometió a desembolsar en tres años 648.000 euros a razón de 216.000 anuales entre 2007 y 2009. El último pago, sin embargo, no se efectuó y la UDEF cree que fue a parar a manos de «Junior» a través de una cuenta en Londres.

Jorba aseguró a De la Mata que renunció a ese último pago de 216.000 euros pendientes porque «ya no había proyecto» y «no podía engañar» a la empresa. Pero el magistrado le recordó que en esas mismas fechas, el 1 de julio de 2008, sí cobró 300.000 euros de Copisa (que le aportó otros 851.000 en 2006 y 2007). «¿Qué pasa que a Copisa no le importaba engañarle?», ironizó el juez. «Convendrá conmigo en que hay una cierta incoherencia en el comportamiento...». Jorba explicó que, al igual que se hizo supuestamente con Isolux, «también se le dijo» que ya no había equipo al que promocionar, pero que Copisa quiso continuar con la donación.

De la Mata no dio crédito a esta versión, convencido de que esa operación no hizo sino encubrir el pago de una comisión a Pujol Ferrusola, y así se lo hizo saber sin tapujos al testigo. «Me da la impresión, caballero, de que usted se está traicionando a sí mismo incurriendo en continuas contradicciones», le espetó. «No soy muy buen orador y a veces los nervios...», se excusó Jorba. «No se trata de ser buen orador –zanjó el magistrado–. Se trata de decir la verdad».

Los desembolsos empresariales iban destinados, según el presidente de la fundación (en la que, mantiene la UDEF, era Jordi Pujol Jr. quien realmente tomaba las decisiones, algo que negó el testigo), a impulsar un equipo de rugby en Barcelona con proyección internacional. Tres fueron los agraciados: el FC Barcelona, la USAP de Perpignan (Francia) y su filial barcelonesa.

Con el club azulgrana tuvieron, reconoció, sus más y sus menos y nuevamente recurrieron a Pujol Ferrusola para solucionar los contratiempos. «Hubo un caos generalizado», recordó, y como Jordi Pujol «tenía contactos con la directiva del FC Barcelona» fue el encargado de darles «un aviso de que el proyecto iba mal». «Podía echarnos una mano para dar un toque de atención al Barcelona para que apretara un poco a los técnicos de la sección», dijo.

«Venderles la moto»

De la Mata mostró su extrañeza por el correo electrónico que envió uno de los gestores de la fundación a Pujol Jr. en el que se queja de que «hacen falta 50 pilotes, una máquina de melé, unas cubetas de plástico...». «Parece que se involucraba hasta en las cubetas de plástico», ironizó el juez, quien volvió a poner en un brete al testigo. «Usted hace gestiones intensas para mandar a Jordi Pujol a ver si conseguía dinero para las cubetas y hacer unas gestiones con el Barça y, unos meses más tarde, sin embargo, tiene un contrato que le garantiza 216.000 euros y decide no hacer nada...». «¿No pensó que sería bueno mandar a Jordi Pujol para hablar con sus conocidos de Isolux, pues era quien se los había presentado, para que también hiciera gestiones y, perdóneme la expresión, les vendiera la moto de que ustedes seguían siendo un órgano de referencia y les abonaran esa cantidad?». «El Barcelona descendió de categoría –contestó Jorba– y el proyecto se había perdido» (de hecho, el convenio terminó rescindiéndose).