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Terrorismo

Recomiendan la adopción del sistema judío para proteger lugares de culto

Se trata de combinar varios cículos de seguridad, desde la inteligencia, las barreras físicas hasta llegar a personal especializado in situ

Jmaagen del atentado contra una sinagoga en Mánchester EP EUROPAPRESS

El modelo de seguridad judío, que integra inteligencia, colaboración entre las fuerzas del orden, seguridad física y personal capacitado, ofrece un marco comprobado para la mejor protección de los lugares de culto, según un artículo publicado en HST, que recomienda la adopción de este sistema ante las crecientes amenazas, como el atentado ocurrido recientemente en Manchester contra una sinagoga.

“La seguridad puede concebirse como anillos concéntricos, con la inteligencia como la capa más externa. Los grupos de seguridad judíos vigilan los rincones más oscuros de internet en busca de posibles amenazas. Los incidentes sospechosos en las sinagogas se clasifican y evalúan rápidamente. Como centro de inteligencia y comunicaciones, estos grupos difunden información rápidamente a través de sistemas de comunicación confiables y, cuando es necesario”, se subraya.

Los anillos de seguridad serían básicamente los siguientes:

--La comunicación continua con las fuerzas del orden fomenta un alto nivel de confianza, lo que permite a los grupos de seguridad recibir y comunicar información sobre amenazas de forma directa y oportuna. Las conversaciones periódicas entre las fuerzas del orden, las organizaciones de seguridad judías y las congregaciones sobre el entorno de amenazas actual son ahora una práctica habitual en muchas jurisdicciones. Los participantes conocen a sus homólogos y sus funciones antes de que surja una crisis. Sin embargo, la información de inteligencia no es infalible, ya que muchos actores de amenazas no comunican sus intenciones, lo que requiere otras capas de defensa.

--El segundo anillo de seguridad es una presencia visible de las fuerzas del orden y de seguridad, que sirve tanto como elemento disuasorio como como fuente de primeros auxilios en caso de ser necesario. Los posibles atacantes deben afrontar la probabilidad de morir antes o durante un ataque. Si bien muchos posibles atacantes sin duda verán una patrulla y decidirán no intervenir. Las barreras físicas y las contramedidas forman el siguiente círculo. Los bolardos y otras barreras, aunque quizás desvirtúen la estética de un lugar de culto, son fundamentales para detener el tipo de ataques con vehículos. Los puntos de control de acceso y los detectores de metales permiten al personal de seguridad inspeccionar sistemáticamente a los que entran. Las cámaras visibles y ocultas, la iluminación y otras contramedidas también actúan como elementos disuasorios o proporcionan pruebas para el procesamiento judicial tras el incidente.

--El círculo de seguridad más interno se encuentra dentro del propio lugar de culto. Las organizaciones de seguridad judías capacitan al personal en evaluación del comportamiento y tácticas de defensa personal. Por último, puede haber personal armado, tanto uniformado como de civil. Si bien el personal armado puede proporcionar la última línea de defensa, plantea inquietudes morales, religiosas y legales, lo que complica la administración.

“Los lugares de culto no son ni deben convertirse en fortalezas. Sin embargo, las comunidades religiosas siguen siendo blancos atractivos para crímenes de odio, terrorismo y violencia con motivaciones políticas, y la polarización social, las ideologías extremistas y las crisis de salud mental aumentan su vulnerabilidad a los ataques”, recomienda.