“Nos viene bien”

Sánchez no “devaluará” la moción de Vox y la utilizará contra el PP

En Moncloa muestran su "respeto" por Tamames y aprovecharán la “oportunidad” para cuestionar la moderación de Feijóo

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al gobierno en el Congreso de los Diputados.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al gobierno en el Congreso de los Diputados.Alberto R. RoldánLa Razón

"Señor Abascal, aún estoy esperando su salvífica moción de censura para salvar a España del colectivo chavista", le espetó Pedro Sánchez al líder de Vox el pasado 24 de enero en el Congreso, al tiempo que le instaba a “espabilar” porque se le iba a “echar la Semana Santa encima”. El presidente del Gobierno no tendrá que esperar más, hoy está previsto que el partido registre la iniciativa parlamentaria que anunció hace tres meses. En el Gobierno y en el PSOE proyectan una satisfacción contenida, pero no ocultan lo propicio del momento: “Nos viene bien”, reconocen fuentes socialistas.

En Moncloa son conscientes de que el marco les beneficia y, como tal, están dispuestos a aprovechar la “oportunidad” que se les brinda por parte de Vox. Lo harán en dos vertientes. Por un lado, para vender gestión. “Tenemos proyecto y lo explicaremos. Es lo que venimos haciendo a cada oportunidad que tenemos”, señalan, en alusión a las comparecencias parlamentarias monográficas o los “cara a cara” con Alberto Núñez Feijóo en el Senado, en los que percuten con insistencia en la “confrontación de modelos”.

Por otro lado, la iniciativa para censurar a Sánchez puede convertirse en la mejor herramienta para reforzar su liderazgo. El Gobierno vive sus horas más bajas, atravesado por la polémica del “solo sí es sí”. Una ley que se ha convertido en un elemento de erosión continua por el ruido interno en la coalición y porque ha dividido a los socios dentro y fuera del Ejecutivo. La moción de censura conseguirá tanto desviar el foco de la polémica como compactar a la mayoría de la investidura, incluso más allá de los socios habituales, ya que Ciudadanos, por ejemplo, ha anunciado que votará en contra. Esto se materializará en un contundente respaldo a Sánchez.

Además de para fortalecer a Sánchez y su proyecto, en Moncloa utilizarán la moción contra el PP: el verdadero objetivo de Vox. Una vez que el líder de los populares oficializó la abstención de su partido, fuentes socialistas creen que Alberto Núñez Feijóo da “pasos atrás” respecto a Pablo Casado. “No va a llegar ni a la altura de Casado, que, al menos, tuvo la gallardía de votar en contra”, critican. En este sentido, aprovecharán para cuestionar la moderación del presidente del PP que, “con su abstención, sigue en la indefinición en su relación con la ultraderecha” y retratarle en su connivencia con Vox. “La aritmética te condena”, señalan, en alusión a que los de Abascal son la única alianza posible para el PP en un contexto de fragmentación parlamentaria como el actual. Los socialistas han comenzado ya a hacer hincapié en este asunto, instando a Feijóo a que sea “valiente” y vote “no” a la moción. Recuerdan que, en su día, Casado hiló “un buen discurso” contra Vox, aunque posteriormente “los hechos le fueran desmintiendo”.

Por todos estos alicientes, Sánchez “no devaluará” la moción de censura, señalan desde su entorno. Frente a iniciativas que se han dejado volar por parte de los socios de la coalición, para descafeinar la iniciativa de Vox y evitar el resultado que persiguen, conseguir un altavoz mediático con el que coger oxígeno políticamente, en el PSOE señalan que “nunca hemos estado en eso”. “Respetamos la moción de censura y al candidato -Ramón Tamames- y vamos a darle la relevancia que merece”, aseguran las fuentes consultadas, que no comulgan con “devaluar” un mecanismo constitucional “como hace Vox”.

Sobre la relación con Tamames y el “tono” de réplica, desde el PSOE se emplazan a “escuchar el discurso” que haga el candidato para modular, en función de este, su respuesta. Son conscientes de que una crítica desmedida o “pasarse de frenada” es un riesgo ante un candidato al que la opinión pública puede percibir como vulnerable por su avanzada edad. Habitualmente, Sánchez destila un tono irónico para desmontar las intervenciones de Abascal, un discurso que se medirá al milímetro en la réplica a Tamames. Se aprovechará, no obstante, el vacío del discurso –ya anticipado- en cuestiones relativas al feminismo o la igualdad de derechos –LGTBi o trans- para reivindicar la agenda socialista.

Simbiosis PSOE-Vox

El de la moción de censura es un ejemplo más de la relación simbiótica que mantiene el PSOE con Vox. Sánchez ha alimentado tradicionalmente las expectativas de la ultraderecha con dos objetivos: como elemento disruptivo en el espectro de la derecha, para debilitar las opciones electorales del PP, y para azuzar un miedo que permitiese movilizar a las huestes socialistas. Basta recordar que Sánchez intentó forzar la entrada de Santiago Abascal en un debate electoral a cinco, en la campaña de las generales de abril de 2019, pese a no tener representación parlamentaria. La estrategia de la “coalición del miedo” también tuvo su efecto tras la “foto de Colón”, pero fue perdiendo vigor a medida que los populares se fueron apoyando en Vox para gobernar y los votantes dejaron de percibirles como una amenaza.