Política

El desafío independentista

Sánchez y Torra ultiman su cita, pero chocan en el formato

Moncloa apuesta por un encuentro bilateral, mientras que la Generalitat enfría esta opción y busca forzar una cumbre entre gobiernos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, en una imagen de archivo / Efe
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, en una imagen de archivo / Efelarazon

Moncloa apuesta por un encuentro bilateral, mientras que la Generalitat enfría esta opción y busca forzar una cumbre entre gobiernos.

El Gobierno sigue «empecinado» –parafraseando al ministro José Luis Ábalos– en culminar la visita del Consejo de Ministros a Barcelona con una reunión con el presidente de la Generalitat, Quim Torra. La cita que se preveía para otoño ha sido sistemáticamente pospuesta por el Ejecutivo central, que en varios momentos de su tensa relación con el Govern consideró que no se daba el «contexto propicio» para celebrarla. Sin embargo ahora, en un escenario en el que se ha recrudecido considerablemente el desafío al Estado: con disturbios por parte de los CDR, con llamamientos a transitar la violenta «vía eslovena» y con unos Mossos incapaces de asegurar el orden público, el Ejecutivo traslada una propuesta formal a la Generalitat, complaciendo así una de sus exigencias de dotar de empaque al encuentro. El intercambio de misivas lo inició Moncloa con sendas cartas a la atención de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y del vicepresidente del Govern, Pere Aragonés, al que se le reitera negro sobre blanco la invitación a un encuentro Sánchez-Torra que ya se había trasladado de viva voz. «Sería conveniente que ambos pudieran mantener un encuentro con el que retomar la senda del diálogo constructivo que debe cimentar la relación entre nuestros gobiernos», reza el documento rubricado por la portavoz, Carmen Calvo.

Una misiva que tuvo su respuesta esa misma tarde, y en la que la Generalitat confirmó su predisposición a avanzar en el diálogo con Madrid, aunque enfrió cualquier opción de encuentro el próximo viernes. De hecho, en la carta sellada por el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, no se hizo ninguna referencia a ese escenario –a pesar de la interpelación de la vicepresidenta–, aunque sí evidenció las divergencias que hay entre ambos ejecutivos sobre el formato en que debe producirse un hipotético encuentro. «Quiero trasladarte (en alusión a Calvo) que desde el Govern de la Generalitat de Cataluña compartimos la voluntad de avanzar en la senda del diálogo constructivo que debe acompañar la relación entre nuestros gobiernos», precisó en la carta y concluyó reiterando la «voluntad por encontrar los términos y condiciones para hacerlo efectivo». En este sentido, desde el entorno de Torra, se rechazó en primer lugar un vis a vis entre el president y Sánchez aprovechando el Consejo de Ministros, ya que lo intepretaban como una «fotografía», cuando lo que querían era otorgarle el mismo tono de oficialidad que la reunión que mantuvieron en la Moncloa. Más tarde, la Generalitat tanteó la posibilidad de una cumbre entre gobiernos, algo que el ejecutivo socialista rechazó, y ahora lo que sobrevuela es una «minicumbre», en la que participen diversos ministros y diversos consellers.

Sin embargo, la Moncloa no está dispuesta a dar cumplimiento a esa exigencia. Aunque desde el Gobierno reconocían que «está todo por confirmar», incluso la posible celebración de la reunión, la portavoz Isabel Celaá rechazó fórmulas alternativas a una cita bilateral. «El formato que avala el Gobierno es una reunión entre el presidente Sánchez y el president Torra y no otro», reiteró en varias ocasiones Celaá, aunque posteriormente fuentes gubernamentales contribuyeron a la confusión asegurando que «estaba todo abierto».

Sobre lo que no se establecerá veto alguno es sobre los temas a tratar. No habrá «censura previa» como no la hubo en la cita de julio en Moncloa, aunque desde el Gobierno se asegura que no se avanzará en la celebración de un referéndum. La respuesta gubernamental irá en la línea mantenida hasta ahora: más autogobierno, reforma del Estatut y diálogo dentro de la legalidad.

En esta línea, la portavoz del Govern, Elsa Artadi, subrayó ayer que lo «importante» de un encuentro es el contenido, y restó relevancia al formato. Así, aunque afirmó que cuantos más miembros de ambos gobiernos presentes «mejor será el camino», reclamó que, de producirse el encuentro, se aborde la búsqueda de soluciones. «Si tiene que haber una reunión se tiene que entrar en contenidos: por qué estamos donde estamos».