Política

Sumar o no: la división en la izquierda en Galicia preocupa al PSOE

Los de Díaz y Belarra irán por separado con toda probabilidad, lo que imposibilita, según Ferraz, arrebatar la Xunta al PP gallego

-La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, durante la presentación de Sumar Galicia, formación con la que pretende presentarse a las elecciones autonómicas gallegas.
-La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, durante la presentación de Sumar Galicia, formación con la que pretende presentarse a las elecciones autonómicas gallegas.Cabalar EFE

Una de las batallas más importantes para la izquierda que se abrirá tras la investidura de Pedro Sánchez será volver a recuperar el poder cedido al bloque de la derecha en las últimas elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo.

Galicia es ahora mismo la niña bonita. Una carrera de fondo para la cual la izquierda ya se ha puesto en la meta, siendo Pedro Sánchez y Yolanda Díaz los primeros en trasladarse al norte para preparar el terreno y para continuar abonándolo con su propia figura. Si el presidente gallego, Alfonso Rueda, pulsa el botón del adelanto electoral, el contexto político en estos momentos es desfavorecedor para PSOE y Sumar, tras el rechazo social generado por la amnistía, la alianza con Junts y Bildu, en último momento. A esa ensalada hay que añadirle la otra vez penalizadora fragmentación de la izquierda a cuenta de la ruptura propiciada por Podemos con el partido de Yolanda Díaz a nivel nacional. No hay ápice de encuentro entre ambas formaciones para evitar el desacuerdo en estos comicios y, por ende, candidaturas por separado.

La izquierda busca darle la vuelta al marcador para acabar con 15 años de gobiernos en manos del Partido Popular. En el PSOE se marcan como meta este objetivo y se vivirán unos comicios como un plebiscito al poder nacional. Las encuestas, de momento, no están de su lado y necesitan 38 escaños con el apoyo del BNG para propiciar el cambio. De momento, todos los sondeos continúan otorgando ese poder al PP, lo cual hace a la izquierda reforzar su estrategia y repetir el mantra de que «el cambio» es posible para movilizar a sus votantes en un contexto adverso. Los socialistas se apoyan en los datos de las elecciones generales para predicar que todavía hay partido. En Galicia, la suma de votos de la izquierda superó a la de la derecha por casi 30.000 sufragios.

En el cuartel general socialista no solo miran por sus números en las próximas elecciones. Saben que no depende solo de ellos el cambio de color en el Parlamento gallego (en las autonómicas de 2020 lograron 15 escaños, cifra que hoy mantendrían), sino que va unido a un buen resultado también por parte de su socio en Moncloa, Sumar. Si bien el Bloque Nacionalista Galego (BNG) seguirá fuerte en los próximos comicios, según consideran en el Ejecutivo, el resultado de su socio alberga complejidades. Actualmente los nacionalistas cuenta con 19 diputados y no hay ningún indicador que haga pensar a los expertos en demoscopia que pueda bajar en intención de voto. La marca más parecida a Sumar, Unidas Podemos, no obtuvo ningún diputado en las elecciones de hace tres años, a pesar de que entonces, la propia vicepresidenta Yolanda Díaz ya se implicara en los comicios, todavía bajo el liderazgo de Pablo Iglesias.

Ahora, la líder de Sumar busca exportar su pacto a Galicia. Sin embargo, el horizonte electoral es complejo. Que un partido parta y salga a flote desde cero –desde ser extraparlamentario– es difícil. Y más ahora, cuando la ruptura de Podemos con Sumar en el Congreso de los Diputados dificulta cualquier tipo de negociación.

La fragmentación de su izquierda es contemplada ya como un peligro en Ferraz y está casi por descontado que Podemos y Sumar compitan en las elecciones autonómicas gallegas. De hecho, Díaz arrancó la precampaña en Coruña este fin de semana sin referirse a los morados y tan solo instando a los socialistas y nacionalistas a aunar fuerzas. En el PSOE reconocen estar «preocupados» por el hecho de que su izquierda vaya dividida, porque «resta» oportunidades para lograr el «cambio» en Galicia en el caso de que finalmente exista esa posibilidad. De hecho, en las encuestas de los socialistas, de momento Sumar no entra en el parlamento gallego o lo hace con muy poca fuerza en las mejores predicciones, lo que imposibilita arrebatar la mayoría a Alfonso Rueda. En las generales, Sumar logró dos diputados y quedaron por encima del BNG con 175.000 votos frente a 152.000, aproximadamente.

La complejidad llega al punto hasta que el partido de Díaz todavía no ha cerrado acuerdos ni con Esquerda Unida, aunque se espera que llegue la rúbrica. Tampoco tiene candidato el partido Sumar en Galicia, lo cual, deja a Díaz con poco margen de actuación para dar a conocer y rentabilizar a su candidato en el caso de que –como se prevé– no sea una figura de la primera línea nacional. En la ronda de contactos, se ofreció, según apuntan fuentes en el partido, al exalcalde de Santiago de Compostela, Martiño Noriega, la cabeza de cartel. El nombre de la portavoz nacional, Marta Lois también entraba en las quinielas, pero sigue sin confirmarse.

En el BNG se frotan las manos con este panorama desdibujado, al entender que todo el voto de izquierdas que no llegue a los socialistas, se quedará con ellos. Para Díaz, de no lograr un buen resultado con el que afianzar un gobierno de izquierdas, la lectura tampoco será favorable en plena crisis con Podemos. Sería la segunda vez que bajo su liderazgo –primero con Unidas Podemos– y después con su proyecto, en su propia cuna, no lograría despuntar.