Armada

¿Tiene España buques acorazados? Lo que queda de una era de fuego y acero

Simbolizaban el poderío naval de una nación

El acorazado HMS Trent
El acorazado HMS Trent.La RazónLa Razón

En un momento en que la seguridad y la defensa vuelven a estar en el foco internacional, surgen dudas sobre las capacidades reales de las Fuerzas Armadas de los países europeos. Entre ellas, una pregunta que despierta curiosidad e interés histórico: ¿tiene España buques acorazados?

En la actualidad España no cuenta con los denominados buques acorazados, ni está previsto que los recupere. La razón se remonta al final de una época en la que los acorazados simbolizaban el poderío naval de una nación.

La figura del buque acorazado -enormes navíos protegidos con grueso blindaje y armados con cañones de gran calibre- comenzó a desaparecer casi por completo tras la Segunda Guerra Mundial. Si bien algunas potencias, como Estados Unidos, mantuvieron en activo ciertos acorazados hasta la Guerra de Vietnam (como el USS Missouri o el USS New Jersey), lo cierto es que la evolución tecnológica y táctica de la guerra naval relegó a estos colosos a los museos o al desguace. Y es que hoy en día los acorazados serían un blanco fácil para el enemigo lo que les haría estallar o dejaría inutilizados.

El submarino “Isaac Peral” inicia hoy su primer crucero nacional
El submarino “Isaac Peral” inicia hoy su primer crucero nacionalMinisterio de DefensaAgencia EFE

¿Y en España?

En el caso español, el último gran buque de combate de este tipo fue el Crucero Canarias, apuntan fuentes de la Armada, que permaneció en servicio hasta 1975. Aunque técnicamente no era un acorazado, sí fue uno de los buques de mayor porte y armamento de la Armada en el siglo XX. Desde entonces, España orientó su estrategia naval hacia buques más versátiles y modernos.

Hoy, la Armada Española se compone principalmente de fragatas F-100 "Álvaro de Bazán", buques de proyección estratégica como el "Juan Carlos I", corbetas, y próximamente, las fragatas F-110, además de submarinos como el S-81 "Isaac Peral". Estos navíos, aunque no poseen el blindaje pesado de los antiguos acorazados, están equipados con tecnología puntera, capacidades antiaéreas, antisubmarinas y de guerra electrónica, y responden mucho mejor a las necesidades de un conflicto moderno.

En plena era de la guerra híbrida, los acorazados son ya una reliquia del pasado. Su tamaño, coste de mantenimiento y vulnerabilidad frente a armas modernas (como misiles guiados) los hacen poco prácticos. El poder naval hoy se mide en versatilidad, movilidad y capacidad tecnológica.

Sin embargo, el legado de aquellos buques -y del papel que jugaron en la historia militar- sigue presente en la memoria colectiva. Y aunque España ya no tenga acorazados, sí posee una Armada capaz, moderna y preparada para los desafíos del siglo XXI.