Los tres escenarios posibles para designar un candidato a la investidura

El Rey finalizará hoy su novena ronda de consultas tras recibir a siete formaciones políticas entre ayer y hoy con el objetivo de testar el ambiente político y la predisposición entre los partidos a investir a Alberto Núñez Feijóo o a Pedro Sánchez, como presidentes del Gobierno. Esta tarde, con la entrevista con el líder del PP se cierran los primeros contactos y el Monarca tendrá una imagen nítida sobre las posibilidades reales de desatascar la ingobernabilidad.

Con arreglo al artículo 99 de la Constitución, el Rey ha escuchado a los partidos que han deseado acudir a Zarzuela –lo han declinado ERC, Bildu, Junts y el BNG– y ahora debe tomar una decisión. La Constitución no aclara a qué candidato debe proponer ni a qué procedimientos debe acogerse para designarlo. «Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno», dice el citado artículo. Así, el Rey tiene libertad de maniobra: puede optar por presentar a la investidura al candidato que ha ganado las elecciones, o al que considere que tiene más apoyos parlamentarios para superarla. Cualquiera de las dos opciones estará refrendada por la Constitución, según fuentes jurídicas.

Es la primera vez en democracia que dos políticos se ven con fuerza para presentarse a una investidura, a pesar de que ninguno de los dos tiene por asegurado, a día de hoy, que puedan recibir los apoyos necesarios. Tradicionalmente el Rey encomienda al candidato que ha ganado las elecciones la tarea de formar gobierno. Sin embargo, a día de hoy, Feijóo se encuentra a cuatro escaños de superar este trámite, mientras el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, necesita amarrar el sí de Junts para volver a La Moncloa.

Si bien todos los precedentes apuntan a que Felipe VI designará al candidato popular. Tras las elecciones de 2015, Felipe VI hizo lo propio con Mariano Rajoy, quien ganó las elecciones, aunque después éste declinaría ir a la investidura tras asumir que no contaba con los apoyos necesarios. Posteriormente, tras una nueva ronda de consultas, se presentaría Sánchez a la investidura, quien tampoco recabó los apoyos necesarios para ser investidura.

Así, el Rey puede encomendar la tarea de formar gobierno tanto a Feijóo como a Sánchez, pero se abre, también, una tercera vía. La de convocar a los partidos a una nueva ronda de consultas más adelante, con el objetivo de dar más tiempo a los líderes políticos a negociar su investidura. Es una vía que no prohíbe la Constitución y que ayer mismo fue alentada por el portavoz del PNV, Aitor Esteban. De hecho, ya ocurrió en 2019. Tras las elecciones de abril, Felipe VI comunicó a la presidenta del Congreso su decisión de «no formular una propuesta de candidato a la Presidencia del Gobierno». Casa Real informó de que no existía «un candidato que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso, en su caso, le otorgue su confianza».

Si esto sucede, el reloj electoral no se activaría –puesto que solo se pulsaría una vez resultase la primera investidura fallida– y los partidos podrían volver a intentar una negociación con el resto de fuerzas políticas y presentarse ante el Rey, en segunda ronda, con una propuesta clara.