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«Tú al cementerio y yo a la cárcel»

Los Mossos hallaron en el móvil de Driss Oukabir mensajes con amenazas de muerte a su ex mujer

Driss Oukabir, en agosto pasado, poco antes de ser trasladado a la Audiencia Nacional para declarar
Driss Oukabir, en agosto pasado, poco antes de ser trasladado a la Audiencia Nacional para declararlarazon

Los Mossos hallaron en el móvil de Driss Oukabir mensajes con amenazas de muerte a su ex mujer

«Ya te he dicho lo que va a pasar, tú en el cementerio y yo en la cárcel, este es el camino que nos queda». «Juro por mi madre que estás muerta, juro por mi madre que estás muerta y te parto la cabeza. Te lo juro por mi madre que te arranco las orejas con alicates, yo te aviso»,

«Te lo juro por mi madre que te arrancaba los ojos y las orejas a mordiscos». Éstos son algunos ejemplos de los 80 mensajes de audios que envió Driss Oukabir, propietario de la furgoneta con la que se perpetró el brutal atentado yihadista en Barcelona el 17 de agosto del pasado año, a su entonces mujer, Sara R., entre abril y julio de 2017, además de otras ocho conversaciones a través de WhatsApp en las que también la coaccionaba y amenazaba de muerte. Oukabir, quien se encuentra en prisión provisional por estos hechos, ha intentado desmarcarse desde el primer momento de los atentados del 17-A, asegurando que se limitó a alquilar la furgoneta a Younes Abouyaaqoub, uno de los autores materiales de la masacre yihadista.

Todos esos audios y mensajes enviados por WhatsApp fueron localizados por los agentes de los Mossos d'Esquadra al analizar el contenido del teléfono móvil de Oukabir, en el que no se encontraron datos relevantes relacionados con la investigación del atentado de Barcelona. Pero sí que hallaron «indicios claros» de la comisión de un delito de violencia de género e incluso los agentes no llegan a descartar que se hubiese consumado algún tipo de agresión. «Se aprecian diversas amenazas de muerte expresadas por el investigado hacia su ex pareja, así como otros mensajes de menosprecio, insulto y coacción, enmarcados en una conducta típica de menoscabo psicológico hacia Sara R., sin que pueda afirmarse ni descartarse que se consumara alguna agresión física», se asegura al respecto en el informe policial.

Posteriormente, los mossos reproducen extractos de los audios más relevantes y significativos encontrados en el teléfono de Oukabir. Así, el 25 de abril, con un intervalo de apenas 10 minutos, envía a su ex mujer dos audios. Uno de ellos es revelador por sí mismo: «Es para cogerte y pegarte una paliza y reventarte». Toda una declaración de intenciones, al menos por el contenido. Al día siguiente vuelve a enviarle otro mensaje donde la llama «hija de p...» y después parece que Oukabir se «tranquiliza» un poco, puesto que hasta el día 7 de mayo no vuelve a las andadas.

Este 7 de mayo, con apenas 5 minutos de diferencia (14:54:35 y 14:59:09), por razones que sólo él conocerá, parecía más que alterado y buscó en las amenazas a su ya ex cónyuge «liberarse»; son dos mensajes bastante similares en su contenido, donde la diferencia principal es que en el primero de ellos amenaza con arrancarle «la cabeza» y en segundo «las orejas» y, eso sí, la da ya por «muerta».

Las frases del sujeto lo dicen todo. El primero de ellos es del tenor literal siguiente: «Me cago en tu p... madre porque te estás tirando a tu ex, pues coges y te largas hija de p... coge a la casa de la maria y te largas a mi este piso este voy a quedar si no te arranco la cabeza y te lo juro por mi madre que te la arranco».

«Estás muerta, estás muerta»

El segundo mensaje no le va a la zaga y, dejando a un lado las formas gramaticales, mantiene la misma línea que en el anterior, pero con una amenaza que parece que va todavía más allá: «Juro por mi madre que estás muerta, juro por mi madre que estás muerta y te parto la cabeza te lo juro por mi madre que te arranco las orejas con alicates, yo te aviso».

No parece que Driss Oukabir necesitase ninguna excusa concreta para amenazar de esa forma a la que era entonces su esposa. No tener tabaco en ese momento o no saber dónde se encuentran los auriculares podían ser un simple motivo para dar rienda suelta a su interior.

De esta forma, el 10 de mayo del pasado año, a las 19:00 horas, escribió: «Dónde coño estás que quiero tabaco quiero fumar me c...en tus muertos ya, hija de p...». En el siguiente mensaje, del día 24 de ese mismo mes, la excusa fueron las gafas de sol y los auriculares: «Dónde están los auriculares y mis gafas que sino te voy a romper la cabeza ya, te lo juro».