País Vasco

El PNV "fulmina" a Urkullu: le comunica que no será candidato en las elecciones vascas

La dirección del partido oficializará su posición el lunes en una reunión

VÍDEO:Urkullu advierte de que la democracia y convivencia están "mucho más amenazadas"por Vox que por la ley de amnistía
VÍDEO:Urkullu advierte de que la democracia y convivencia están "mucho más amenazadas"por Vox que por la ley de amnistíaEuropa Press

Revolución en el PNV. Si nada cambia de aquí al lunes, el actual lehendakari Íñigo Urkullu, no será candidato en las elecciones vascas pese a haber sido el ganador en las últimas tres citas electorales (2012, 2016 y 2020). La dirección del PNV, liderada por Andoni Ortuzar, oficializará este lunes su posición, aunque, según ha informado «El Correo», el partido ya habría trasladado a Urkullu la decisión de apartarle. De momento, en el PNV evitan confirmar nada. Desde las filas jeltzales aseguran que «no ha dado inicio aún al proceso para la configuración de las candidaturas». La cita con las urnas tiene que ser antes de julio, pero es sabido que los nacionalistas prefieren que sea en marzo para evitar que coincida con los comicios europeos.

El lehendakari, que siempre está presente en los plenos del Parlamento Vasco, se ausentó en el de ayer, donde estuvo yendo y viniendo de su despacho lo que hacía presagiar que, en el partido, habían decidido apartarle de la candidatura.

Urkullu ha logrado el segundo mejor resultado en las últimas elecciones (2020) desde 1980: solo superado en escaños por Carlos Garaikoetxea (1984). En el País Vasco se reparten 75 escaños y Urkullu logró 31. Y es que, en los partidos, lo natural es que sea el propio lehendakari quien tome la decisión de apartarse tras sus éxitos electorales; sin embargo, en este caso sería el PNV quien va a tomar la decisión de apartarle en un momento delicado para los jeltzales. Encadenan dos elecciones consecutivas con problemas: en las municipales perdió 80.000 votos y en las generales se dejó 100.000. En paralelo, Bildu sigue al alza y ya acecha la hegemonía de los nacionalistas vascos.

Las aguas bajan revueltas y hay división en la cúpula sobre la hoja de ruta a tomar. Se ha podido constatar con la fecha de las elecciones: hay voces de la dirección, como Itxaso Atutxa, que han abogado por un adelanto a marzo, un escenario que el lehendakari rechaza.

También hay un evidente dilema estratégico dentro del PNV entre hacer seguidismo de la izquierda para taponar el ascenso de Bildu (línea de Ortuzar) o seguir fiel a sus planteamientos políticos (línea de Urkullu). El PNV se convirtió la pasada legislatura en el aliado más fiel al Gobierno del PSOE y Podemos y donde más críticas han recibido los nacionalistas vascos es en la parte económica por su apoyo a controvertidas iniciativas, como el impuesto a las energéticas y la banca, defendidas por Bildu. Es decir, la fidelidad al Gobierno ha conducido al PNV a apoyar y asumir muchas medidas y postulados propias de la izquierda abertzale dejando que los de Otegi sean quienes marquen la agenda política.

El actual consejero delegado de Repsol Josu Jon Imaz, respetado exportavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, ha criticado recurrentemente la política energética del Gobierno, incluyendo los impuestos a las empresas energéticas que apoyaron los jeltzales.

Urkullu sufre también el desgaste por las continuas movilizaciones en la calle de diferentes sectores aunque, por contra, sigue siendo el más conocido de los políticos vascos.

Con el movimiento de apartar a Urkullu se traslada un mensaje: el PNV ha decido ahora «ser abertzale y de izquierdas». Esto dejaría huérfano a un electorado que podría aglutinar el PP vasco. También, en clave nacional buscaría poner el «muro» a la buena relación de Núñez Feijóo con el PNV a través de Urkullu.