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Barcelona

«Ya no les importa que sus bombas maten»

La Razón
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-Los atentados perpetrados contra la Basílica del Pilar de Zaragoza y la Catedral de La Almudena en Madrid responden a la estrategia de la Federación Anarquista Informal/Frente revolucionario Internacional (FAI/FRI), que forma parte de las bandas terroristas incluidas en la lista de este tipo de organizaciones delictivas de la UE, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Hasta los primeros meses de este año, la actividad terrorista anarquista en España se caracterizaba por una cierta descoordinación y atentados de baja intensidad. La irrupción del FAI/FRI ha hecho cambiar las cosas y ahora los atentados tienen una mayor fuerza y, lo que es más preocupante, a sus autores no les importa causar daños personales, incluso muertes. Hasta ahora, el FAI/FRI ha logrado implantarse con una cierta fuerza en Barcelona, donde tenía, al menos, cuatro células, una de las cuales ha sido la que ha desarticulado la Comisaría General de Información, cuyo responsable, el comisario Enrique Barón, cuenta con gran experiencia en el combate de este tipo de actividades ya que, cuando era el jefe de la Brigada de Información de Navarra se logró la práctica desarticulación de la «kale borroka» (terrorismo callejero) de ETA.

Los investigadores han detectado encuentros clandestinos del FAI/FRI a todos los niveles, a los que han llegado a asistir 120 individuos, representantes de distintas autonomías, como Cataluña, Madrid, Valencia, Castilla y León, Andalucía y Aragón.

El proceso que algunos anarquistas iniciaron hace algunos meses para implantar el FAI/FRI en España se desarrolla, señalan expertos en este tipo de terrorismo, según el calendario acordado en las reuniones. El hecho de que los artefactos que han colocado tengan cada vez más potencia demuestra que la decisión de convertirse en un grupo terrorista, con todas las consecuencias, está tomada.

Los mismos expertos subrayan la importancia de la operación desarrollada en Barcelona, ya que los responsables de este grupo, que mantienen estrictas medidas de seguridad y clandestinidad, se creían inaccesibles a la Policía.