Belleza

Cómo prevenir la deshidratación de la piel con bajas temperaturas

En esta semana comenzará un frío invernal
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Con el frío y las bajas temperaturas la piel sufre una afección llamada sequedad cutánea o xerosis ( sequedad de la piel,​ la mucosa o de la conjuntiva​).

Para comprender esto es necesario saber que la piel en su superficie consta de una película hidrolipídica (agua y lípidos) que forma una barrera impermeable, una defensa frente a agresiones externa que impide la pérdida de agua por vía transcutánea. El frío puede alterar esta película y aparecer las molestias debidas a la sequedad.

También hay cofactores que influyen afectan a la piel y a la barrera y que favorecen la deshidratación como el viento, la exposición constante a fuentes de calor como estufas, chimeneas, etc. Cuando esto ocurre comienzan los síntomas de piel seca como sensación de tirantez, enrojecimiento y picor de la piel, textura áspera, puede aparecer descamación e incluso grietas y fisuras.

En casos graves estas afecciones pueden llegar a ser tan molestas que llegan a alterar la calidad de vida del paciente y deterioran su día a día. Por eso es tan importante mantener la piel hidratada cuando llega el frío.

Cualquier persona puede tener sequedad en la piel en el invierno, pero quienes ya tienen la piel seca de por sí como consecuencia de alguna patología cutánea ven perjudicado y empeorado su malestar en contacto con el frío. Los pacientes que tienen una peor evolución y más rápida hacia la xerosis cutánea son los que asocian dermatitis atópica, psoriasis, y las pieles sensibles, que son especialmente frágiles a los efectos del frío por tener una barrera cutánea más vulnerable.

La Doctora Humara, de la Clínica Humara de Bilbao, explica qué hay que hacer para prevenir la deshidratación en invierno y cuidar nuestro propio abrigo de piel.

Consejos:

- Cabe insistir que estos consejos están dirigidos a los pacientes con patologías cutáneas subyacentes como las que hemos mencionado anteriormente.

- Lo más importante para minimizar los efectos del frío en la piel es evitar los factores desencadenantes y agravantes de la sequedad cutánea. En cuanto a los factores ambientales por un lado esquivar la exposición al viento y al frío extremo, uso de prendas de abrigo de algodón que además de conservar el calor mantienen la piel seca y permiten la evaporación del sudor y por otro lado, en casa la temperatura ambiente no debería sobrepasar los 22 grados y siempre que fuese posible tener un humidificador o sistema de humidificación ambiental.

- Cuidado de la piel con la aplicación a diario de productos emolientes que ayuden a restablecer la estructura y el grado de hidratación adecuados con el objetivo de recuperar la capacidad de protección natural que tiene la piel. Sobre todo tener especial cuidado a aquellas zonas del cuerpo que quedan más expuestas, es decir, el rostro, los labios, el cuello, el escote y las manos y en las cuales se debe utilizar cremas con factor de protección solar alta. Para el cuidado diario se recomiendan cremas hidratantes que aporten principios activos que frenen la pérdida de agua transcutánea, aportando humedad y reteniéndola. En este sentido para personas con piel normal estarían indicadas soluciones con principios activos como la vitamina C, el ácido retinoico, el ácido glicólico y los hidroxiácidos. En pieles más sensibles o intolerantes se debe utilizar sustancias calmantes, vasoconstrictoras y descongestivas, que contengan dexpantenol, alfabisobolol, rusco, ácido glicirrético… y evitar productos en cuya composición haya algún tipo de alcohol, conservantes o perfumes.

- En el aseo diario y la ducha cuidado con la temperatura del agua, los baños excesivamente calientes y prolongados eliminan el manto protector hidrolipídico. Lo aconsejable es ducharse con agua tibia, no más de una vez al día para no aumentar la deshidratación de la piel y con jabones suaves, testados dermatológicamente, que respeten la estructura química de la piel.

- Y por último cuidar la alimentación. Aumentar el consumo de vitamina C y antioxidantes. No demos olvidar beber entre 1,5-2 litros de agua al día y evitar el tabaco y el alcohol ya que repercuten negativamente en la salud y el envejecimiento de nuestra piel.