Psicología

Misofonía en niños: el trastorno que convierte sonidos cotidianos en una pesadilla

Cada vez más menores sufren reacciones extremas ante ruidos como masticar o respirar. Expertos explican sus causas, síntomas y cómo actuar

Niños tapándose los oídos con las manos
Niños tapándose los oídos con las manosKeira Burton

La misofonía, también conocida como síndrome de sensibilidad selectiva al sonido (SSS), es un trastorno poco conocido que provoca reacciones extremas de ira, ansiedad y malestar físico ante sonidos comunes como masticar, toser, respirar o teclear. Según afirma a El País la psicóloga sanitaria Celia Incio del Río, suele aparecer en torno a los 12 años y genera una respuesta emocional intensa acompañada de síntomas como sudoración, rigidez muscular, aumento del ritmo cardíaco o sensación de presión en el pecho.

Los primeros episodios suelen asociarse a un sonido emitido por un familiar cercano: un hermano al respirar, un padre al comer o silbar. Mientras algunos menores encuentran comprensión, otros reciben burlas o reprimendas, lo que agrava su sufrimiento. Muchos padres se enfrentan además a la falta de conocimiento sobre la misofonía en el ámbito sanitario.

El neurólogo David Ezpeleta Echávarri señala que los sonidos más molestos suelen proceder de personas del entorno cercano, aunque también pueden originarse en animales u objetos. Este síndrome puede aparecer de forma aislada o ligado a otras patologías como TOC, autismo, ansiedad o depresión. Los afectados pueden anticipar el malestar y evitar determinadas situaciones, como comer con la familia, lo que afecta a su vida social y emocional.

En otros países, los estudios estiman que la misofonía afecta a entre el 12% y el 18% de la población. En España, los datos aún son escasos, aunque la experiencia clínica apunta a un impacto significativo en la calidad de vida de los afectados.

El psiquiatra Sergio Arques Egea recuerda que no debe confundirse con la hiperacusia (dolor ante sonidos fuertes) ni con la fonofobia (miedo a ciertos sonidos). En la misofonía, la reacción no depende del volumen del ruido, sino de su cualidad. Además, quienes la padecen suelen presentar rasgos obsesivos o tendencia a la rumiación, lo que intensifica el malestar.

El tratamiento se centra en técnicas especializadas: entrenamiento de la atención, manejo de las reacciones emocionales y fisiológicas, y sustitución de estrategias de evitación (como auriculares o tapones) por métodos adaptativos. Una intervención personalizada puede reducir o incluso eliminar los síntomas, abordando factores como la ansiedad, la culpa, la frustración o el perfeccionismo.