
Ciencia
Las siestas infantiles: clave para un mejor sueño y desarrollo cognitivo
Las siestas no solo no perjudican el sueño nocturno de los niños, sino que mejoran su descanso total y favorecen su desarrollo cognitivo

Desde los primeros meses de vida hasta los cinco años, las siestas juegan un papel fundamental en el desarrollo físico y mental de los niños. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los pequeños de entre dos y cinco años deberían dormir entre 10 y 13 horas diarias para un descanso óptimo.
Sin embargo, muchos padres y educadores se enfrentan al llamado “dilema de la siesta”: ¿puede dormir demasiado durante el día afectar el sueño nocturno del niño?
La investigadora en neurociencia Stéphanie Mazza, de la Universidad de Lyon-1, asegura que, aunque algunos temen que las siestas interfieran con la hora de dormir o con el aprendizaje, sus beneficios cognitivos están ampliamente demostrados.
Estudios confirman que las siestas mejoran la calidad del sueño
Un estudio publicado recientemente en The New Scientist revela que las siestas no solo no alteran el sueño nocturno, sino que incluso pueden ayudar a los niños a dormir mejor durante la noche.
El equipo de Mazza analizó el comportamiento de 85 niños de entre dos y cinco años en seis centros preescolares de Francia. Durante una semana, los investigadores recopilaron información a través de pulseras medidoras del sueño y formularios completados por los padres.
Resultados: dormir la siesta aumenta el descanso total diario
Los hallazgos del estudio fueron claros:
Una hora adicional de siesta durante el día solo reduce el sueño nocturno en 13,6 minutos.
La hora de acostarse se retrasa levemente, en promedio 6,4 minutos.
En conjunto, los niños que duermen la siesta aumentan su descanso total en 45 minutos al día, lo que supone una mejora significativa en su bienestar.
Para Mazza, estos resultados muestran que los padres no deben preocuparse si sus hijos siguen necesitando dormir siesta hasta los seis años. Los expertos coinciden en que cada niño tiene su propio ritmo, y lo ideal es permitirles descansar cuando lo necesiten.
La siesta: una aliada del aprendizaje y el bienestar infantil
Lejos de ser una molestia, las siestas deben considerarse una fuente de descanso y recuperación. En entornos educativos y sociales donde los niños reciben múltiples estímulos, dormir brevemente durante el día les permite asimilar mejor la información y mantener su equilibrio emocional.
Como concluye Stéphanie Mazza, “las siestas son una valiosa fuente de descanso que beneficia el desarrollo global del niño”.
Así que ya lo sabes: ¡fuera preocupaciones por las siestas! Permitir que los niños duerman cuando lo necesiten es una inversión directa en su salud, su aprendizaje y su felicidad.
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