Historia

Así es el castillo que albergó a un célebre tirano de Galicia y cuenta historias de amores imposibles

Conocido como ‘El Malo’, provocó desde esta fortaleza la revuelta Irmandiña, una de las primeras revoluciones europeas

Castillo de Moeche.
Castillo de Moeche. Wikipedia

En el valle de San Xurxo de Moeche (A Coruña) se levanta una antigua fortaleza medieval; una de esas que parece más escondida que dominante. Porque a diferencia de la mayoría de castillos, construidos sobre colinas, Moeche se sitúa en el fondo de un valle, protegido por las montañas que lo rodean.

Allí, sus muros de pizarra y granito, de casi doce metros, forman un recinto poligonal que rodea un foso ganado a la roca, con una imponente torre del homenaje de dieciocho metros como centinela de la comarca.

El castillo fue erigido en el siglo XIV por la poderosa familia Andrade, cuyo miembro más célebre y temido fue Nuno Freire de Andrade, “O Mao” (el Malo). Su tiranía encendió la chispa de la Revolta Irmandiña de 1431, una de las primeras revueltas populares de Europa. Campesinos y pequeños hidalgos, hartos de abusos, asaltaron Moeche bajo el liderazgo de Roi Xordo. No encontraron al señor, que había huido, pero derribaron la fortaleza como símbolo de justicia.

Castillo de Moeche.
Castillo de Moeche. Turismo de Galicia

El destino, sin embargo, resultó cruel: décadas después, los ya vencidos tuvieron que reconstruir lo que habían destruido, obligados por el nuevo dueño, el conde de Lemos. Desde entonces, Moeche encierra dos castillos en uno: el original de los Andrade y el reconstruido sobre sus cenizas.

Tras pasar por manos de los Lemos y la Casa de Alba, en el siglo XIX estuvo a punto de ser vendido piedra a piedra por apenas tres mil reales. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1949 y, tras excavaciones y restauraciones, reabrió en 2006 como museo y espacio cultural. Hoy alberga el Centro de Interpretación de las Revoltas Irmandiñas, con documentos y objetos hallados en las excavaciones.

La leyenda y el Festival

Junto a la historia documentada, Moeche guarda una leyenda trágica. Cuentan que la hija de un señor feudal se enamoró de un joven plebeyo. El padre, enfurecido, mandó atravesar al muchacho con una espada. Ella, devastada, murió de pena dentro de los muros, donde susurra aún el nombre del amado. Desde entonces, algunos aseguran oír en las noches de luna nueva el lamento de la doncella como un eco de amor imposible.

Sin embargo, y lejos de quedar en silencio, el castillo revive cada verano con el Festival Irmandiño, celebrado el tercer fin de semana de agosto desde 1980. Cientos de personas toman la fortaleza en un asalto festivo con antorchas, gaitas y fuegos artificiales.

La escena es impresionante: las almenas arden en luz, el pueblo grita “¡lume!” y el castillo recuerda su pasado rebelde. Tras el asalto teatralizado, la música folk se prolonga hasta la madrugada y un xantar irmandiño reúne a vecinos y visitantes.

La visita

El recinto conserva el patio de armas con pozo central, la sala de guardia, cocinas y establos. Paneles explicativos y guías en temporada alta ayudan a reconstruir la vida medieval. Subir a la torre del homenaje ofrece vistas del valle, un paisaje cargado de historia.

Información práctica

  • Ubicación: San Xurxo de Moeche, a 28 km de Ferrol. Acceso por la AC-642 y desvío señalizado hacia San Ramón. Aparcamiento junto al castillo.
  • Horarios:
- Verano (1 junio-31 octubre): miércoles a viernes (11:30-13:30 y 16:00-19:30); fines de semana y festivos (11:00-14:30 y 16:00-20:00).

- Lunes y martes cerrado.

- El resto del año abre con horarios reducidos, conviene consultar la web del Concello.

  • Entradas: General 2,50 €; reducida 1,50 € (jóvenes 6-16, mayores de 65, familias numerosas). Gratis para menores de 6 años y empadronados en Moeche. El acceso es libre durante el Festival Irmandiño.
  • Servicios: Centro de Interpretación, visitas guiadas (3 € extra, con reserva), exposiciones temporales y actividades culturales.
Castillo de Moeche.
Castillo de Moeche.Turismo de Galicia

El eco de las piedras

El Castillo de Moeche no es sólo una fortaleza medieval: es un ejemplo de resistencia popular y un escenario en el que la historia y la leyenda se entrelazan. Sus muros recuerdan la osadía de los irmandiños, el dolor de una doncella enamorada o la celebración actual de un pueblo que se reconoce en su pasado.

Tal vez por ello visitar Moeche sea algo así como detenerse en un valle gallego en el que las piedras hablan. Y lo hacen con una voz que suena a rebelión, a tragedia y a fiesta: tres ideas que hacen de esta fortaleza un lugar único en Galicia.