
Turismo
Descubre este enclave mágico entre cascadas y bosques en Galicia
Un rincón natural que combina historia, paisajes de ensueño y biodiversidad autóctona

En el corazón de A Pontenova, en la provincia de Lugo, la Ruta da Férrea ofrece a los visitantes una experiencia singular en plena fraga de Muradal. Conocida por sus imponentes cascadas y su exuberante vegetación, esta ruta es un auténtico tesoro natural para quienes buscan conectar con la naturaleza y descubrir rincones de gran belleza paisajística.
La ruta es la más corta de las disponibles en el municipio y conduce a la emblemática Cascada de A Férrea, alimentada por el riachuelo de Parada. La caída de agua está compuesta por dos saltos de unos ocho metros cada uno, cuya intensidad varía según la época del año. Durante los meses más secos, la cascada se reduce a un delgado hilo de agua, mientras que en los inviernos lluviosos se transforma en una espectacular cola de caballo.
Un recorrido accesible con rincones llenos de historia
El acceso al primer salto de la cascada es sencillo y se puede llegar en coche hasta un pequeño aparcamiento con espacio para dos vehículos, ubicado a solo 300 metros de la parte baja de la caída de agua. Esta zona ofrece un ambiente ideal para el descanso, con un banco de madera y una mesa para disfrutar de la tranquilidad del entorno.
Para los más aventureros, la ruta se extiende hacia la parte superior de la cascada. El recorrido, aunque corto, presenta un terreno empinado que requiere cierto esfuerzo. Tras cruzar un puente de madera, el camino serpentea en zigzag por la ladera de la fraga. Una escalera de madera permite salvar las ruinas del antiguo molino de Muradoiro, vestigio de la tradición harinera de la zona, y continuar paralelamente al canal que desviaba el agua hacia el molino.
Naturaleza en estado puro
La fraga de Muradal destaca por su rica biodiversidad, propiciada por la humedad constante del lugar. Helechos y musgos tapizan el terreno, mientras que los bosques de ribera, con alisos y sauces, dominan el paisaje. Además, se pueden encontrar ejemplares centenarios de robles y castaños, que añaden un aire majestuoso al entorno.
La erosión sobre las rocas de esquistos y pizarras ha moldeado el paisaje, creando formaciones únicas alrededor de la cascada. Este enclave natural no solo ofrece un espectáculo visual, sino también un ambiente que recuerda a un cuento de hadas, con antiguos troncos cubiertos de musgo y vegetación variada.
Recomendaciones para los visitantes

Aunque la ruta es corta, no está adaptada para personas con movilidad reducida debido a las pendientes pronunciadas y las escaleras de acceso. Se recomienda llevar calzado antideslizante, especialmente durante el invierno, cuando el terreno puede estar resbaladizo.
Para quienes prefieran un paseo más ligero, la visita al pie de la cascada es suficiente para disfrutar de la esencia del lugar. Sin embargo, quienes se aventuren a la parte superior serán recompensados con una vista panorámica de A Pontenova y su entorno.
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