
Cocina
Esponjosa como una nube: Esta es la forma de conseguir la mejor tortilla francesa
Si estás harto de comer tortillas planas y sin gracia, presta mucha atención a este truco que eleva a otro nivel la receta tradicional

Llegas a casa tarde, sin ganas y con poco tiempo para cocinar. Sacas dos huevos, los bates, echas una pizcas de sal. Un par de minutos a la sartén y listo, ya tienes tiene rica tortilla francesa, la mejor amiga de la persona ocupada. Ya se para una comida o una cena improvisada, esta receta y sus mil variantes siempre estarán ahí para sacarnos de un apuro.
Pero la tortilla francesa no es solo cocina de aprovechamiento o de supervivencia, es ya todo un clásico y una de las opciones preferidas en bares y restaurantes. Con un poquito de queso o una salsa y metida entre dos panes, crea un bocata maravilloso: nutritivo, nada seco y fácil de preparar. La tortilla francesa cumple a la perfección la 'regla de las 3 B' (Bueno, Bonito y Barato).
Como todas las mejores cosas en la vida, la 'tortilla francesa' tiene origen en una pequeña historia dentro de la historia con mayúsculas del mundo. Durante la Guerra de Independencia Española, las tropas napoleónicas tenían sitiadas las ciudades de Cádiz y San Fernando. Hasta que llegó finalmente la victoria de España, muchas personas carecían de muchos alimentos básicos, como patatas u hortalizas, por lo que se las tuvieron que apañar con lo que tenían.

De ahí que esta clase de receta sea tan simple, y su nombre viene de que era la clase de tortilla que se preparaba 'de cuando los franceses' estuvieron intentando invadir la Península Ibérica, pero no lo consiguieron. Más adelante se le han dado cientos de variantes, pero el nombre se mantiene para todas aquellas preparaciones que llevan un par de huevos y pocos más ingredientes.
Cómo preparar la tortilla francesa más esponjosa
Para hacer una tortilla de patata o 'tortilla española' en condiciones, lo ideal es prepararla como le gustaban los cócteles al 'Agente 007', es decir, "revuelto, pero no agitado". Una vez cocinados los tubérculos, se deben integrar con los huevos en movimientos suaves, poco a poco. Hacerlo rápidamente y batiendo fuerte solo haría que se incorporase mucho aire a la tortilla, sería casi un pecado mortal.
Sin embargo, las tortillas francesas quedan mucho mejor haciendo exactamente lo opuesto: cuanto más aire, mejor. Para incorporarle muchas burbujas a los huevos batidos, no se recomienda en absoluto utilizar el tenedor, ya que se tardaría mucho tiempo y no sería igual de efectivo que el método que venimos a contarles en el día de hoy.

El truco consiste en cachar todos los huevos que se vayan a utilizar, añadirles la sal y/u otras especias al gusto y pasarlo todo a un vaso alto. Utilizando una batidora eléctrica con las varillas equipadas, conseguiremos que los huevos se llenen de mucho aire, lo que se traducirá en mayor volumen y esponjosidad una vez cocinados. Hay que procurar inclinar un poco el recipiente y pegar los máximo posible las varillas a las paredes de éste, para conseguir más burbujas.
Después, las posibilidades ya son infinitas. Hay quien no le añade nada, y hay quien le echa tantos complementos (o 'toppings', como dicen ahora los modernos anglicistas) que la tortilla acaba escondida entre tanto añadido. Sea como fuere, gracias a la batidora eléctrica se consigue una especie de 'tortilla soufflé' mucho más esponjosa, voluminosa e hidratada que preparándola a mano.
Esta clase de tortilla es más difícil de rellenar una vez que se vierte la mezcla sobre la sartén caliente, por lo que para rellenarla sería más recomendable incorporar los ingredientes antes de ponerlos al fuego. Otra opción, bastante interesante y original, podría ser la de cortar a la mitad la voluminosa tortilla francesa para después rellenarla de queso, embutido o el complemento favorito de cada uno.
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