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Cristina Pedroche: “Llevar ropa interior es una opción”
A diez días de que su atuendo de Nochevieja se vuelva a convertir en debate nacional, la presentadora de las Campanadas en Antena 3 (31), casada con el chef Dabiz Muñoz desde hace cuatro años, nos confiesa: «Estoy muy atenta a todas las noticias sobre el Brexit»
Doce segundos. Fue el tiempo que necesitaron los hermanos Wright (Estados Unidos) para tripular el primer vuelo de la historia en 1903 y cambiar la nuestra para siempre. En 1928, la británica Betty Robinson conseguía el primer oro femenino olímpico en los 100 metros usando ese mismo tiempo. Sesenta años más tarde, nacía en el madrileño barrio de Vallecas Cristina Pedroche Navas, quien, desde que Atresmedia le dio el pistoletazo de salida en 2014, solo ha necesitado otra docena, entre los millones de latidos anuales, para patrimonializar las Campanadas de Fin de Año. En diez días afronta su sexta Nochevieja y lo hará acompañada por el cocinero Alberto Chicote y con la expectación sobre su vestido en niveles máximos. Sobre todo, después de que la vallecana haya confesado que «todavía no está terminado. Si no lo tengo, saldré en chándal o en vaqueros». A las preguntas de LA RAZÓN sobre la tardanza y el modelo, nos confiesa: «Este año está siendo muy difícil, cada vez queremos hacer algo más sorprendente y es complicado superarnos. Con este vestido creo que hemos tocado techo. El año que viene, si repito en las Campanadas, ya no sé qué más vamos a poder hacer». En 2018, cuatro millones y medio de almas engulleron las uvas impactados por su vestido-bikini floral en rosa que llevaba la firma del diseñador Tom-Hom. Al indagar sobre cómo va a superar eso, y a sabiendas de que en «Zapeando» aseguró que «no llevaré ropa interior», nos aclara: «Lo dije de broma, pero se ve que a muchas webs les pareció un buen “clickbait” y ha salido en todos los sitios. Pero llevar ropa interior o no es una opción como otra cualquiera y en cualquier día, no solo en Nochevieja».
No pierde los nervios
Cristina Pedroche se licenció en Administración de empresas y obtuvo la diplomatura en Turismo antes de que la televisión la reclutara. Ahora confiesa que ante esa última noche del año, «la emoción y los nervios cada vez son mayores». Cuando le hacemos elegir entre sus polémicos diseños, piezas de museo en la exposición «El cuerpo inventado» (se pudo visitar en la sala Azca de Madrid) desde el pasado septiembre junto a otras joyas de Versace o Dior, reconoce: «Todos son tan especiales y únicos que no podría destacar uno. Son como mis hijos y los quiero a todos por igual…(risas)». Es el único guiño a la maternidad que se permite la treinteañera, pese a la insistencia del estilista Josie, la mano que mece la cuna de sus transparencias navideñas: «Me ha dicho que el próximo año tengo que estar embarazada, aunque de momento no tengo intención de tener bebés», reconoció en «El Hormiguero» esta misma semana. A la espera de otros herederos, será su marido desde 2015, el chef Dabiz Muñoz, quien un año más la suceda el día 30 travistiéndose de Pedroche: «Sí, se pondrá mi modelo del año pasado y le quedará genial. ¡Tengo ganas de verle!». Si echamos un vistazo a la portada de enero de la revista «Men’s Health», queda claro que, sin duda, el cocinero da la talla. Casualmente, Cristina le hace la competencia, tanto en cuerpazo como en el kiosco. Lo hace desde la página noble de «Women’s Health», donde reconoce que «llevo un mes sin acercarme al azúcar ni a los ultraprocesados. Me lo curro diariamente y un montón». ¿Lo hace para superar la radiografía a la que se expone en la madrileña Puerta del Sol?, cuestionamos: «No, cuido mi cuerpo todo el año, y no por un tema físico o estético, lo hago por salud. Pero, lógicamente, cuando haces una buena dieta y tienes un buen plan de entrenamiento se nota por dentro y por fuera». Se reconoce luchadora y perfeccionista y así lo confirma su modus operandi previo a la cuenta atrás que protagonizará dentro de diez días en el Kilómetro Cero: «El día 31 me levanto temprano porque los nervios no me dejan dormir. Suelo hacer deporte porque me relaja. Casi siempre salgo a correr y luego hago yoga. Sobre las cinco de la tarde ya estoy en la Puerta del Sol para ensayar todo, para repasar guión, para mecanizar con realización... Cuido cada detalle, nada puede salir mal esa noche». De momento, se puede decir que en los últimos cinco años todo ha salido a la perfección. Si el feminismo o la violencia de género arroparon su presentación en noches anteriores, el discurso de 2019 aún está en pañales: «La idea ya la tengo, pero me gusta escribirlo pasada la Nochebuena. Normalmente, el día de Navidad lo redacto, porque suele ser una jornada muy tranquila y a mí la creatividad me llega mejor con la paz y la calma». Lo que ya está escrito es con quién compartirá su primera cena de 2020: «Cuando llego a casa suelen ser las dos de la mañana, pero eso no es un impedimento para que mi marido y yo tengamos una cena de ensueño. Con la familia vamos a comer al día siguiente». Si le reclamamos un deseo para el Año Nuevo, pide «más trabajo. Estoy feliz con todo lo que tengo pero siempre quiero más», y si indagamos sobre sus preocupaciones, se explaya: «Como al resto del mundo (o eso espero), me preocupa el cambio climático. Estoy muy concienciada con el medio ambiente, con la necesidad de proteger a los seres vivos, con el reciclaje... No hay otro planeta al que mudarnos cuando destruyamos éste. Cada pequeño gesto cuenta y yo intento tener muchos buenos gestos».
Proyectos de futuro
Además, tiene varios proyectos profesionales «en negociaciones» y uno ya en firme junto a su pareja: abrir otro restaurante en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos). La salida de Reino Unido de la Unión Europea impactará en alguna medida a StreetXO, el local que Muñoz abrió en 2017 en Londres, y por eso el Brexit también ronda la cabeza de la presentadora: «Hay mucha incertidumbre sobre este tema. No saben ni ellos mismos lo que va a pasar y cómo va a afectarles, como para saberlo yo. Pero, lógicamente, estoy atenta a todas las noticias sobre el tema». En el pasado julio reveló con esta misma sinceridad que su padre está en paro. Sin embargo, los asuntos familiares no se encuentran entre sus desvelos en época de tanto roce parental: «La situación familiar es maravillosa. Tengo unos padres increíbles, los mejores que se pueden tener. Y si trabajan o no trabajan es su propia decisión y a nadie le debe importar». Feliz 2020, Cristina, y que la audiencia te acompañe.
«Me encanta llamar la atención»
Desde que en 2015 presentó sus primeras Campanadas en La Sexta, los vestidos de Cristina Pedroche han sido tan esperados como las mismas uvas. Se destapó ese año con un modelo de transparencias en negro creado por Charo Reina que superó en 2016 con un espectacular vestido de corte sirena en el que Pronovias trabajó más de 350 horas. 365 días después, volvió a desencajar mandíbulas enfundada en un corsé de escote corazón con falda de tul. En 2018, eligió un mono con transparencias y aplicaciones de encaje y chantilly que hizo arder las redes. Y en su última Nochevieja nos volvió a sorprender con un diseño tipo bikini inspirado en un modelo que lució Laetitia Casta en 1999 para Yves Saint Laurent. «Me encanta llamar la atención», le reconoció a Pablo Motos.
Un matrimonio de portada de revistas
Mientras Cristina luce abdominales en «Women’s Health», su marido protagoniza la portada de enero de la revista «Men’s Health». Dabiz Muñoz (39) se confiesa como un gran amante del ejercicio: «Hacer deporte me hace mejor persona, me ayuda a equilibrar las cosas, a ser un poco más empático con la gente que me rodea. A veces voy tan a mil, soy tan ambicioso, que ni yo mismo disfruto con lo que hago y soy capaz de llevarme por delante a la gente que hay a mi alrededor». El chef de DiverXO descubre además que «jugué seis años al fútbol en el Atlético de Madrid y fui subcampeón de judo con 16». Sin embargo, no siempre tuvo el cuerpo trabajado que destapa hoy rozando los 40. «Estoy peleado con la dieta. Solo el autocontrol consigue que no me ponga como un gocho. Hubo una época en la que llegué a pesar 35 kilos más que ahora». Y entre las confesiones, una auténtica declaración de amor: «Cristina es mi yoga, quien me pone líneas para ser feliz, es mi vía de escape y la alegría de mi vida. La única persona que abre las ventanas de mi cabeza cuando tengo muchas preocupaciones».
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