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Empieza el juicio a Weinstein: de Hollywood al banquillo
Hoy arranca el juicio contra el productor que lo fue todo en el cine. Si es considerado culpable de los cinco cargos por violación y agresión de los que se le acusa podría ser condenado a cadena perpetua
El destino le tenía preparada una última jugada a Harvey Weinstein. El mismo día que Hollywood, la que fue durante tantos años su casa, se despierta con la agradable resaca de la gala número 77 de entrega de los Globos de Oro, él madruga para dirigirse a los juzgados de Nueva York. En ambos casos es una mañana importante, aunque por diferentes motivos. Weinstein lleva más de dos años inmerso en un terremoto de acusaciones de abuso sexual y desprecio mediático que podría tener como final una condena a cadena perpetua. A buen seguro no es el guión de la película autobiográfica que quizá algún día soñó con producir.
El que fue durante décadas amo y señor de la meca del cine se sienta ahora en el banquillo para defenderse de los cinco cargos por violación y agresión sexual que pesan sobre él. Su apodo de «Harvey Manostijeras» (por su afición a tener la última palabra en el montaje final de los largometrajes que han llevado su firma) ha sido sustituido por una etiqueta con otra connotación: depredador sexual. Es depredador porque desde que estalló la bomba más de 80 mujeres le han acusado de haber tenido comportamientos impropios: unas de humillación, otras de violación.
Su reputación cayó como un castillo de naipes y los pedazos del antiguo rey de Hollywood se sientan ahora en los juzgados de Nueva York para afrontar un proceso que empieza hoy con la elección de los miembros del jurado y que se estima que se alargue al menos seis semanas. Será juzgado por un total de cinco cargos que ha presentado la Fiscalía: dos de agresión sexual predatoria, un tercero de acto sexual criminal en primer grado, otro de violación en primer grado y una quinta de violación en tercer grado.
Tres testigos clave
Además, tendrá que presenciar en directo el testimonio de varias de sus víctimas: Annabella Sciorra (Gloria Trillo en «Los Soprano»), que afirma que Weinstein la violó en su apartamento de Nueva York a principios de la década de los 90; Mimi Haleyi (ayudante de producción), que sostiene que el acusado la obligó a dejarse hacer sexo oral; y una tercera mujer, cuya identidad ha permanecido oculta, que relatará cómo el ex productor abusó de ella en un hotel en marzo de 2013. Más de dos décadas de crímenes contadas con la voz de tres mujeres que hablarán para representar a muchas más.
Aunque está visiblemente desmejorado –en una de su última aparición se movía con ayuda de un andador–, lo que Weinstein no ha perdido es el ego que cultivó antaño. Este fin de semana contestó vía mail a unas preguntas de la CNN en las que aprovechó para cargar contra las víctimas y afirmó que sus esfuerzos se centran en probar su inocencia y limpiar su nombre. «Los dos últimos años han sido extenuantes y me han supuesto una gran oportunidad para la auto reflexión. Estaba consumido por mi trabajo, mi firma y mi búsqueda del éxito», dijo, a la vez que aseguró que piensa rehacer su carrera en el cine.
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