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Las “amigas” de Edmundo Arrocet, la traición de Karelys, y la pequeña Lola
Sí, hoy es miércoles, esto es el revistero
La traición de Karelys, Los Goya y la pequeña Lola
¡HOLA! nos trae en portada a Banderas, ganador del Goya a mejor actor, posando con su novia. Novia a la que, por cierto, no citó en los agradecimientos al recoger el galardón. Que no es que yo quiera malmeter, pero ya podía haberle dicho algo cariñoso a la pobre, que estaba ahí, embutida en su vestido de bonito, y sentada desde hacía tres horas y media en una sillita de oficina que no tenía pinta de ser, precisamente, la más cómoda del mundo. Al menos un “y a mi novia, que me está viendo. Un beso, cari”. Algo. Que nombró hasta al infarto que tuvo hace tres años.
Enrique y Anna (el cantante y la tenista, no los del coco ua ua) esperan su tercer hijo. Y, mira por dónde, Velencoso vuelve a estar libre, que ha roto con Lara Álvarez. Está como un tres de cercanías este mozo, todo hay que decirlo.
La princesa Magadalena posa con un montón de hijos rubios. Tengo la teoría de que el día que todas las princesas europeas queden a comer con todos sus hijos rubios, al tratar de volver a sus respectivos palacios, se llevará cada una a los tres o cuatro, el número que estime preciso, que le pille más a mano. Son indistinguibles todas las camadas.
A ver qué se cuece en LECTURAS.
Alba Carrillo, que parece que siempre está enfadada con todo el mundo, arremete contra Antonio David. Qué sorpresa. Que es frío, que es calculador, que es traicionero. Vamos, que le ha hecho un traje. Lo que habría sido noticia, en realidad, es Alba Carrillo hablando bien de alguien. Aquí dejo la sugerencia por si alguien quiere recoger el guante.
La hija recién nacida de Toñi Moreno, la presentadora que se hizo famosa por lanzar un zapato por los aires, parece que tiene una “sorprendente conexión” con Lola Flores. Si tuviera que establecer ahora mismo una escala internacional de interés de noticias del corazón, al estilo de la escala sismográfica de Richter, el grado cero equivaldría a la sorprendente conexión de la hija de Toñi Moreno con Lola Flores. Más cositas.
Adara sabe que lo suyo con Giannmarco no tiene mucho futuro. Vamos, lo sabe Adara y lo sabemos todos.
Menos mal que tenemos SEMANA, que nos trae la traición de Karelys a Cayetano. Lo que nos olíamos todos, pero en formato WhatsApps. Parece ser que supuestamente quizás podría haber ocurrido (una ya no sabe cómo decir las cosas para no meterse en líos) que la abogada avisó al paparazzi para que la cazara, sorpresivamente y sin esperárselo, con el torero. ¿Es torero todavía? ¿O ya es otra cosa? Con este chico y su trayectoria profesional, vivo sin vivir en mí.
¡¡Sí!! ¡¡Salen las Campos!! Gracias, SEMANA, por tanto. Las Campos están buscando casa nueva. ¿Todas juntas? Esta decisión está pidiendo reality show a gritos. Por favor, hago desde aquí un llamamiento a quien sea menester. Muevan sus hilos, hagan su magia. Necesitamos ese reality y lo necesitamos YA.
Acaba SEMANA con los modelitos de los Goya, pero a nosotros ya, después de esto, no nos interesan nada. Pero vale, todas muy monas, venga, circulando.
A ver qué nos trae DIEZ MINUTOS mientras a mí me traen otro café.
Edmundo Arrocet, al que al coger la revista he confundido con el rubio de Cruz y Raya, con una moza con el mismo tono de tinte que él. Parece que Arrocet se está recuperando de la ruptura con la Campos bastante rápido y con solvencia. Punto para Arrocet.
Victoria Federica y Jorge Bárcenas, lo mejor de cada casa, haciéndose arrumacos. Bueno, mira, es lo que les toca. Que lo disfruten. También os digo que ese corte de pelo le queda fatal a Victoria Federica y el color del abrigo no le favorece. Esta chica ha nacido ya vieja. Tiene el síndrome Julianín Contreras.
Toñi Moreno (cada vez que digo Toñi Moreno lo hago inconscientemente con tono de llamarme Jose Luis Moreno y llevar un cuervo de trapo en la mano, no puedo evitarlo) con su hija Lola, la de la sorprendente conexión con La Faraona. Que están bien, gracias. Ella afectadilla, pero la niña fenomenal.
Y termina DIEZ MINUTOS con el glamour de los Goya, que a nosotros a estas alturas, a nadie le sorprenderá que lo diga, ya ni fu ni fa.
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