Clan Pantoja
¿Cuánto valen los trajes de Paquirri? Te lo contamos todo
¿Qué le pasa a Isabel Pantoja para que gente muy templada pierda los nervios cuando le preguntan por ella y el valor de los trajes de Paquirri? ¿Superstición, miedo? Los trajes de Paquirri podrían valer mucho dinero si se sabe dar con el caprichoso adecuado, y hay dos personas al menos, en concreto, que podrían estar dispuestas a pagar una fortuna por alguno de ellos. Tal vez por eso los guardó Isabel. Uno de Manolete, que no era el de su muerte, se vendió recientemente por 12.000 euros.
Isabel Pantoja, Isabel Pantoja… He puesto un amuleto de un gato sobre la chimenea que compré con mis padres en Portobello Road hace ya muchos años. Y es que hoy voy a escribir de la tonadillera. Lo de los gafes es como lo de las meigas… haberlas, haylas. La cosa va de antigüedades y subastas, y también de codicia, afán de acaparar e ignorancia y tal vez, algo de mal gusto. ¿Por qué quiso conservar Isabel todos los trajes de Paquirri, incluido el que llevaba puesto el día que murió en Pozoblanco? Solo se me ocurre una explicación posible, y es que ella, que tanto ha viajado por las Américas, está convencida de que el mercado de memorabilia tiene vigencia en este país hasta el punto de que le merezca la pena jugársela. Como ya informó La Razón, Isabel Pantoja se empeñó con quedarse el traje del diestro ensangrentado que vio Kiko Rivera en su casa aquel famoso dos de agosto y otro que iba a ser donado al Museo de Cera. En total eran 18 los trajes que formaban parte del legado.
Del alguien que hizo todo lo que estuvo en su mano para impedir que se emitiera un documento histórico de tanta magnitud como las imágenes del torero mostrando una entereza fuera de lo común, yo esperaría que hubiera quemado ese traje. Paloma García Pelayo ha contado en Telecinco que los trajes habrían salido de Cantora. Después de todos los requerimientos notariales “sería una osadía, de completamente sinvergüenza”, señala la periodista.
¡Bendita Carmina Ordóñez! Cuando vendía sus penas en la revista Semana a costa de los capotes del torero que La Pantoja no le quería dar a sus hijos, le sobraban razones. El único sitio lógico para un traje como el que usó Paquirri cuando fue embestido por el toro que le arrancó la vida sería, y tal vez no ahora, sino dentro de algunos años, el Museo de Ronda, la Plaza de toros de sus hijos. No importa que esté manchado de sangre, está manchado por la polémica.
Esta semana me dio por llamar a Durán Subastas de Arte, un sitio del que guardaba muy buenos recuerdos, porque aprendí a amar las antigüedades. Iba allí a las subastas con mis padres, de pequeñita, y para mi sorpresa, acabé la conversación de muy mal humor. Mira que soy boba, porque siempre me han tratado muy bien, y es el sitio de Madrid donde son más amables a la hora de tratar al público que quiere comprar o pretende subastar algo.
Y va a ser cierto que Isabel Pantoja trae mal fario. David Durán, perteneciente a una familia muy educada, a quien hice entrevistas sobre temas supuestamente más serios como el parte de Guerra de Franco que fue rematado por 25.00O euros y salió por 700 hace año y medio, se me descompuso literalmente cuando le mencioné a la artista.
Perdió hasta los nervios, no quería hablar de ella ni de ningún otro tema. Y es que temía que se ensuciara el nombre de su casa de subastas con la mera relación con la Pantoja, como le ocurrió a algunos modistos con el traje de novia de Belén Esteban. Yo creo que David, que tiene familia platera, debe tener sangre gallega, y de ahí lo de supersticioso. Yo también la tengo pero me he de ganar el pan y mi deber es informar.
Acabamos la conversación así: “No quiero saber nada de los visones de la Pantoja”. Y yo, que soy taurina le dije, el toreo también es arte, y no te estoy hablando de visones”. Y sí han vendido objetos relacionados con el toreo. Me lo dijo en uno de los momentos menos álgidos de la conversación. No sabía si publicarla o no, pero mi deber es informar también a Isabel Pantoja, que es una lectora más de La Razón. Si ha sacado los trajes de la finca, que no los lleve a Durán. Allí no tiene nada que hacer…
Si es que soy algo boba, tal vez debí haber llamado primero a Sotheby’s, o a Christie’s cuya presidencia en España ostenta Pilar González de Gregorio, ella es más del sur y no es supersticiosa, y tiene mucho autocontrol por millones de motivos, algunos relacionados con su propia trayectoria vital, cuando menos, complicada. Mehabría dicho algo así como: “este tipo de objetos van ganando en valor con el tiempo y conviene guardarlos. Hay clientes para todo, pero el morbo no funciona en nuestro país tanto como en el extranjero, y que esto no es Estados Unidos, donde unas bragas de Madonna en Julien’s Auction, usadas tuvieron un precio de salida de 3.000 dólares, o la chaqueta de cuero de Patrick Swayze en “Dirty Dancing” alcanzó los 62.500 dólares en una subasta en Los Ángeles.
No somos ni tan fetichistas ni tan mitómanos como ellos. Pilar González de Gregorio era hija de la famosa duquesa Roja, la duquesa de Medina Sidonia. Me cuentan que Isabel, que se creía poco menos que una emperatriz cuando era la alcaldesa consorte de Marbella, animó a Julián a que compraran dos adosados en Benalup, en Casas Viejas a una inmobiliaria de Entrecanales, en las cercanías de Medina Sidonia y de Cantora ¿Las tendrá todavía? ¿Qué guardará allí si las tiene?
Nunca cayó bien por aquellos pagos. Hay dos personas muy bellas, muy rubias y todavía muy espectaculares que recuerda la mirada de desprecio, odio y envidia que le lanzó de soslayo solo porque eran amigas de Julián Muñoz, cuando Julián jamás había tenido algo más que mucha confianza con ellas. “Isabel tiene una mirada que da miedo”, me cuentan, “se te clava en el cogote como la de los ratones furtivos”. Y quizá David Durán, que también es rubio, no quiera que se le pegue el mal fario, y por eso ha decidido no abrir la boca sobre los trajes. Porque le he visto en una foto posando sin mayores problemas con Juliánin Contreras Ordóñez, el hijo de Carmina Ordóñez para una subasta benéfica. La típica excusa de “no quiero saber nada del mundo del corazón” no me vale. Pero Julián Contreras y Fran Rivera, Cayetano y hasta Canales me parece a mí que “visten” mucho más que Isabel Pantoja, aunque sea ella quien se haya quedado los trajes del diestro. Y la verdad es que el tema de los trajes “huele”.
20.000 euros por el escritorio de Joselito “El Gallo”
Pero volvamos al tema de los famosos trajes, he hablado con un anticuario gitano fetén que, dicho sea de paso, afirma que Isabel Pantoja, en su opinión, no tiene “ninguno de los valores de las raza gitana”. Y pone como ejemplo a Lola Flores, “que era paya”, pero sí tenía alma gitana. Afirma mi fuente que es muy probable que Isabel quisiera quedarse los trajes porque pueden alcanzar cierto valor en un momento dado para los coleccionistas caprichosos aficionados al toreo. Y dieciocho trajes son muchos trajes. Tirando por lo bajo, 15.000 multiplicado por 18, hacen un total de 270.000 euros.
Y eso que el mundo taurino no está en sus mejores momentos, devaluado por los pijiprogres veganos. Pero un lote de tres trajes de Manolete se vendió hace no mucho por algo menos de 40.000 euros. Uno de ellos costó 12.000 El escritorio de Joselito “El Gallo” se vendió por unos 20.000 euros, y lo tiene Morante de la Puebla.
Los trajes de Paquirri, según otro experto consultado, en una subasta no bajarían de 15.000 “porque no hay nada de él”, y hay gente caprichosa, si sabes dar con ella, que pagaría una fortuna por ellos. Tal vez por eso Isabel los guardó tan bien guardados. Concretamente, en el ámbito taurino hay una persona que se llama Simón Casas, productor cinematográfico francés, torero y empresario taurino que, afirman los que le conocen, “pagaría lo que fuera por un traje de Paquirri o cualquier objeto de él. “Una anécdota: siendo muy joven, se tiró de espontáneo a la plaza cuando Antonio Ordóñez, el suegro de Paquirri. estaba toreando.
No dirá Isabel que no la estamos informando bien. También una importante ganadera que estaba enamorada platónicamente de Paquirri estaría dispuesta a pagar lo que fuera. Tres de los trajes son de Isabel Pantoja, por lo que ella puede hacer con ellos lo que quiera. Lo que pasa es que son todos muy respetuosos con los hijos y con la legalidad, me dice otra fuente, especialmente los empresarios taurinos y los ganaderos y ganaderas mencionados. Y no comprarían ningún traje en este caso sin permiso de los hijos.
Aunque claro, y esto me lo cuenta una Pepito Grillo que también defiende a Pantoja y arremete contra la supuesta hipocresía del mundo taurino, siempre existe la posibilidad de recurrir a un intermediario, y guardar el traje en un baúl, como quien guarda el colmillo de un elefante moderno. Por lo bajinis... Y repetimos, tres de los trajes son de Isabel y sí podría venderlos.
.El traje con el que murió el Yiyo valía una fortuna pero sus padres lo donaron al Museo taurino de Madrid, donde por respeto, lo han expuesto limpísimo, no así el de Manolete, porque han pasado muchos años y el morbo se convierte en historia, y la sangre ya negra en símbolo del valor.
Un traje así es una inversión, como lo fue la cabeza del toro que mató a Paquirri. Se vendió por 35.000 euros.¿Por cuánto no se venderían los objetos de Paquirri? Un diestro me ha dicho que le encantaría tener un capote, pero por supuesto “antes están sus hijos”, y no se lo compraría nunca a nadie sin permiso.
Hay mercado para los trajes de Paquirri, pero donde mejor pueden estar todos, repito, es en el Museo de Ronda, la localidad donde Orson Welles está enterrado, donde vivió Hemingway un verano, y donde el suegro, Antonio Ordóñez, era todo un emperador que invitaba a tomar el té a la abuela de Felipe VI.
Las sábanas de la cárcel, trapitos para limpiar los cristales de Cantora
Los trajes de los toreros que más valen son los usados, me cuenta mi fuente gitana, un gran experto en antigüedades de todo tipo que no cree en supersticiones, porque es muy religioso. Los que no debe de valer demasiado, si no es para alguna fan enamorada de Isabel Pantoja, son las sábanas de la cárcel que se llevó., según relató en este mismo periódico Ángela Portero. Hace falta tenérselo muy creído para pensar que alguien va a pujar por algo así. Otra cosa sería el famoso traje faja con el que dio las campanadas junto a su hijo. Yo si fuera rica pagaría una fortuna por él para averiguar si llevaba algún artilugio que la deslizara sobre el suelo como una muñequita mecánica, pero he de confesar que preferiría uno de los que llevaba Rocío Jurado cuando cantaba en el Gallo Rojo de Campello.
Por cierto, toda la bronca que tiene liada en los platós con su niño me parece un montaje del que a la larga van a sacar ambos partido, pero ojito, que Hacienda está muy pendiente de todo lo que se dice y se hace en televisión. ¿Os acordáis lo cara que pagó la frase de las bolsas de basura Mayte Zaldívar? Hay cosas que podrían no haber prescrito. Un muchacho que cuenta que se llevó a su hermana al ginecólogo para saber si todavía era virgen y una mujer que guarda el traje con el que pilló un toro a su marido como si fuera un tesoro, pueden dar muchas sorpresas.
También tengo otra teoría. Mientras media España habla de la Pantoja y de Paquirri no estamos ocupados del recorte de las libertades, la crisis económica y los planes para la nueva normalidad. ¿Y si Isabel Pantoja y su hijo formaran parte del supuesto plan de los Illuminati o del club Bilderberg para controlar el mundo, según ciertas teorías de las llamadas conspiranoicas que me estoy empezando a creer? ¿Y si se ha hecho amiga de Pedro Sánchez? Siempre tuvo muchos amigos y amigas en el PSOE andaluz.
¿Quién paga a Kiko Rivera, parte de Telecinco?¿Los rusos, los chinos, el famoso Soros o Pedro Sánchez? Cualquiera sabe. Voy a parar que creo que esto ya no es corazón, ni siquiera casquería. Por cierto, alguien me sugiere que Isabel se llevó las sábanas para hacer trapos y limpiar los cristales de Cantora. Y mucha suerte no da la mención de su nombre, un programa en el que estuve como guionista duró menos de un mes por inaugurarlo con un tema de ella. Y en el Idealista hay un chalet en Algeciras, en la calle Isabel Pantoja, que no se vende, y tiene cuatro habitaciones y solo cuesta 53.000 euros. Ya lo dije una vez, el punto G de la Pantoja es la G de Gafe. Aunque mi Pepito Grillo la defienda y me diga que solo lucha por sus intereses, que Paquirri le dejó muy poco y favoreció demasiado a su familia como suelen hacer todos los toreros. Y que las historias también tienen grises y no hay mirlos blancos, por muy bonita que tengan la mirada y la sonrisa, y que Isabel Pantoja no se la va a jugar por unos cientos de miles de euros porque ya tiene antecedentes. Salud para todos, mucha suerte y feliz Navidad a todos.
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