Volvió a “Salvame” más sumisa que nunca. A Belén Esteban le dictaron en las altas esferas de Mediaset el protocolo a seguir: regresa, calla y no incordies. Un tupido velo que enmascara una realidad. Ella y Jorge Javier Vázquez no se entienden, discuten por cualquier motivo y se lanzan pullas absurdas por cuestiones igual de absurdas.

Belen pensaba que la recibirían en el “Deluxe” con los brazos abiertos, antes de reincorporarse a su programa diario. Nada de nada. Normalidad fingida y absoluta. Esta vez, su cabreo con el “dueño del cortijo” no conlleva un cheque, sino un “si bwuana” impuesto y que no admite excusas.

A Jorge también le dieron un “toque”. Por eso apareció este lunes tan condescendiente con la Esteban, incluso meloso, abierto al diálogo con esa a la que él mismo desposeyó del calificativo de “princesa del pueblo” en un ataque de ira.

La amistad de antaño ya no es tal. Pocos se creen que entre los dos siga existiendo tan siquiera un retazo de cariño. El rencor es mal compañero de fatigas, y aquí lo hay, y mucho.