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El escándalo histórico: Charles Chaplin, su cara más oscura y las aberraciones sexuales a sus mujeres
Tierno en el cine y villano en la vida personal. Fue condenado por su «crueldad mental»

Era el actor cómico por excelencia del cine mudo, un ídolo de masas, pero en la intimidad dejaba mucho que desear. Charles Chaplin arrastraba un pasado de maltratos y aberraciones sexuales. Sus dos primeras esposas, Mildred y Lita, tenían dieciséis años y las había dejado embarazadas.
Mildred perdió el bebé que venía en camino poco después de la boda, y con Lita tuvo dos hijos, Charlie y Sydney. Ella le acusó de maltrato, racanería suprema y de hacerle practicar aberraciones sexuales. Se vieron las caras en los tribunales y el juez obligó al actor a pagar a su expareja la cantidad de ochocientos veinticinco mil dólares, entre otros motivos, por haber ejercido una intolerable crueldad mental.
Los documentos decían: «Chaplin se llevó a la cama a la impresionable joven con la promesa de casarse con ella. Cuando Lita Grey se quedó embarazada, intentó convencerla para que abortara. La madre de la joven amenazó a Chaplin con denunciarlo a la policía y al actor no le quedó más remedio que casarse con la joven». El testimonio de Grey declaraba que fue sometida a duras exigencias de su marido, como realizar actos sexuales degradantes, repugnantes y ofensivos, algunos de los cuales eran ilegales en California.
En la noche de bodas, según detallan los papeles del divorcio, Chaplin le dijo a Lita: «Este matrimonio no va a durar. Te voy a hacer sentir tan mal que no vas a querer vivir conmigo», publicó el diario «The Times».
Humillaciones públicas
En la biografía «Charles Chaplin, una vida corta», el escritor Peter Ackroyd desvela que el cómico presumía de haberse acostado con más de dos mil mujeres. Y también que no era cariñoso con sus hijos. A Sydney (segundo hijo con Lita), por ejemplo, lo humillaba constantemente en el set de rodaje de la película «La Condesa de Hong Kong», donde compartía escena con Marlon Brando. Sydney mismo habría confesado que el trato denigrante de su padre era para todos sus hijos y quienes estuvieran en su entorno. El propio Brando, otro actor considerado problemático en su época, fue avergonzado por Chaplin cuando llegó 15 minutos tarde al trabajo. Mientras el hombre de la pantalla era tierno, alegre y cálido, el Chaplin de la vida real demostraba claramente una estampa un tanto distinta. Brando llegó a describirlo como el hombre más sádico que conoció en su vida.

Cuando Charles tenía cincuenta y dos años, la veinteañera Joan Barry, aspirante a actriz, le acusó de ser padre del hijo que esperaba. Curiosamente, se llevó un nuevo batacazo en el juzgado a pesar de que unos análisis negaron su paternidad. En 1926, en la revista «Vanity Fair» le preguntaron cuál era su tipo de mujer ideal, a lo que el actor contestó: «La que está completamente enamorada de mí».
Sus delirios de grandeza eran más que evidentes. Le gustaba dominar a las mujeres y las maltrataba física y mentalmente.
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