Opinión
Antonio Banderas y los pellets
Sueño con probarlos en cuanto Mónica García los ponga por la Seguridad Social, o sea, nunca
Antonio Banderas acaba de cumplir 65 años, esa edad en la que me advirtieron que debía empezar a cuidarme y no hice caso. El actor sí hace caso. Leo: «Antonio Banderas: sueroterapia en vena y pellets en el trasero». Si lo dice Marta Boira hay que creérselo. Pero yo, tonto de mí, pensé que pellets eran esos pequeños cilindros de masa comprimida, generalmente hechos de madera, que se utilizan como combustible. Coño, ¿se está poniendo el buen Antonio madera en el culo para tenerlo firme y molón? ¿Una nueva terapia de moda? ¿Acaso quiere igualar en belleza y perfección al trasero del Apolo de la Moncloa, cantando en su día por Boris Izaguirre como paradigmático en todo Occidente y Oriente? No creo que su ambición sea tanta. Después leí que esos pelllets eran de hormonas bioidénticas: se implantan cada seis meses y ayudan a compensar el descenso hormonal que causa acumulación de grasa abdominal, pérdida de energía y fallos en la libido.
Son hormonas bioidénticas: se implantan cada seis meses y ayudan a compensar el descenso hormonal
Sueño con probarlos en cuanto Mónica García los ponga por la Seguridad Social, o sea, nunca. Por su cumpleaños, Antonio ha confesado en «¡Hola!»: «Cada arruga de mi cara es una historia, una elección, y estoy muy agradecido por cada una de ellas». No cita las arrugas en el trasero y en la libido, eso que llaman la pitopausia. Así que a los pellets y a lo que haga falta, que Hollywood no perdona. Ni la Kimpel los gatillazos, imagino. Sofía Vergara cuida su piel con esperma de salmón. Angelina Jolie y la Zeta-Jones popularizaron el uso de caviar. Demi Moore se desintoxica dejándose chupar la sangre por sanguijuelas: gran imagen de Hollywood. Gwyneth Paltrow usa un producto fabricado con saliva de víbora. Y Tom Cruise se cuida econ mascarillas de caca de ruiseñor. Óscar Puente debería probarlo todo, a ver si mejora