Detenido un hombre armado en los terrenos de Windsor mientras la familia real británica celebraba la Navidad

Un hombre armado ha sido detenido hoy al ser sorprendido después de haber irrumpido en los terrenos del Castillo de Windsor, la residencia oficial de Isabel II, el día de Navidad. Según la Policía de Thames Valley, los agentes actuaron tras detectar que la seguridad de la reina había sido “violada”, lo que se produjo a primera hora de la mañana, mientras la Familia Real aún descansaba.

El intruso, un joven de 19 años procedente de Southampton, no ha logrado entrar en ninguno de los edificios y ahora está bajo custodia policial. Rebecca Mears, máxima responsable de los cuerpos de seguridad al frente del caso, ha asegurado que “se está llevando a cabo una investigación después del incidente y estamos trabajando con los compañeros de la policía metropolitana. La persona ha sido arrestada bajo sospecha de violación o allanamiento de morada de un lugar protegido” y también “por posesión de armas”, añadía en declaraciones recogidas por los medios británicos.

“Confirmamos quelos mecanismos de seguridad se activaron momentos después de que el hombre accediera al recinto, sin que llegara a penetrar en ninguna de las viviendas”, señalaba. Por último, ha señalado que “los miembros de la Familia Real han sido informados” sobre el percance y “no creemos que haya un peligro mayor para ninguno de ellos ni para el público”, concluía.

La Reina se encuentra en su residencia de Berkshire para pasar estas señaladas fechas, las primeras sin su difunto marido, el duque de Edimburgo, en más de 70 años, tras su fallecimiento la pasada primavera, La Reina canceló hace unos días sus vacaciones en Sandringham para evitar las molestias del desplazamiento a su personal de palacio y debido también a las restricciones sanitarias marcadas por la pandemia de la Covid-19.

Desafortunadamente, no es la primera vez que ocurre un hecho similar y alguien logra colarse en las propiedades de la Reina. En abril, un hombre y una mujer treparon las cercas del castillo y al parecer anduvieron merodeando durante un largo tiempo, antes de que alguien los descubriera, muy cerca de los campos por donde la soberana acostumbra a montar a caballo y pasear a sus perros.