Necesitará reposo
La convalecencia por la operación del rey Carlos III se complica
El monarca, que será intervenido de un agrandamiento de la próstata esta semana, tendrá una recuperación más larga de lo que se había estimado en un principio
El anuncio de que el rey Carlos III de Inglaterra debía ser operado debido al agrandamiento de su próstata supuso un gran revuelo inicial. Sin embargo, desde el palacio de Buckingham, a través de un comunicado oficial, detallaban en qué consistía la dolencia del soberano y el tratamiento al que debía enfrentarse. Además, querían restar importancia a su paso por quirófano poniendo de relieve que su situación la sufren “miles de hombres cada año” y que “la dolencia de Su Majestad es benigna y acudirá al hospital la próxima semana para un procedimiento correctivo”. Ahora bien, lo que no se esperaba es que su convalecencia fuese a durar tanto en un principio, como así se acaba de dar a conocer.
En el mismo comunicado emitido por la Casa Real británica se añadía que “los compromisos públicos del rey se pospondrán durante un breve período de recuperación”. En un primer momento, se esperaba que tras la intervención permaneciese hospitalizado durante tan solo una noche y que su proceso de recuperación iba a ser más sencillo. No obstante, tal y como han publicado en la revista ‘Hello’, los médicos que llevan su caso han recomendado alargar este plazo de convalecencia, con un reposo más prolongado, e incluso con una segunda noche de ingreso.
Una vez que el rey Carlos III recibiese el alta hospitalaria, su recuperación no habría terminado. Aunque se trata de un “procedimiento correctivo” u operación sencilla, sí que requiere mantener unos cuidados específicos durante la recuperación. Por ejemplo, no hacer movimientos bruscos, no coger peso, no practicar deporte y, por el momento, no trabajar y alejarse de los quehaceres de la corona. Un tiempo de baja que se estima entre los diez y los catorce días, tal y como han informado desde la citada publicación.
No están siendo buenos momentos para la salud de la familia real británica. La primera en causar alarma fue la princesa de Gales, Kate Middleton. A través de un escueto y poco detallado comunicado, se informaba de que había sido sometida a una cirugía abdominal, que tendría que estar ingresada en el hospital y que su agenda oficial quedaba aparcada hasta al menos Semana Santa. Hora y media después se emitió un segundo comunicado, ahora desde Buckingham, informando que el rey Carlos III también debía pasar por quirófano a consecuencia de su agrandamiento de próstata. Ambos de baja y el príncipe Guillermo, heredero al trono, decide aparcar sus compromisos oficiales para estar al lado de su mujer. Pero el revés de salud de la familia no termina con ellos, pues días después llega la noticia de que Sarah Ferguson, exmujer del príncipe Andrés, ha sido diagnosticada de un melanoma maligno tras extirparse tres lunares. Al menos ahora están en manos de la medicina convencional y no en la de curanderos…
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