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Ingrid de Noruega, tras los pasos de la princesa Leonor: así será su durísimo entrenamiento militar
La hija de los herederos Haakon y Mette-Marit ha comenzado su formación castrense, en la que se enfrentará a duras pruebas y expondrá a temperaturas bajo cero
Tal y como acaba de informar la Casa Real de Noruega, la princesa Ingrid, la hija de los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit ya ha comenzado su formación militar, obligatoria en el país nórdico para los jóvenes de ambos sexos. La futura reina se sumó a las filas la semana pasada, en la base de Skjold, a 1.700 kilómetros de Oslo, la capital. Se trata de una región muy cercana al Círculo Polar Ártico, en la que las temperaturas en esta época del año pueden alcanzar los 70 grados bajo cero.
La presencia de la princesa Ingrid ha entusiasmado a los pocos habitantes de la zona, encantados con que la hija de Haakon y Mette-Marit pueda atraer algo de población al pequeño pueblo de Øverbygd, que cuenta solo con unos 1000 censados.
Como ocurrió en el caso de la princesa Leonor en la Academia General Militar de Zaragoza, se ha dado la orden de que no haya un trato especial para la joven alteza, que será tratada como recluta Alexandra (su segundo nombre) a lo largo de los 12 meses que durará su entrenamiento.
"Estamos muy orgullosos de que la princesa haya elegido el batallón de ingenieros", comentó el teniente coronel Bjørn Kråkstad a la emisora pública NRK , y añadió: "No hemos tomado ninguna medida especial para la princesa".
En su primera semana de servicio militar, la princesa ya ha aprendido a usar correctamente el uniforme, hacer la cama, saludar a sus superiores, las diferentes partes de un arma, cómo desmontarla y volverla a armar y ha entrenado el combate cuerpo a cuerpo. En definitiva, lecciones esenciales para quien ocupará en el futuro el más alto rango de su ejército.
La princesa Ingrid sigue así los pasos no solo de la princesa Leonor, sino de otros herederos europeos que tuvieron que formarse militarmente como paso previo en su camino hacia el trono. Tal fue el caso de Federico de Dinamarca, Guillermo de Gales, Isabel de Bélgica o Victoria de Suecia. La única que puede librarse de unirse al ejército de su país es Amalia de Holanda porque entre las funciones del monarca de los Países Bajos no se encuentra la de liderar las Fuerzas Armadas.
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