Entrevista
Paula Badosa: “Mis trofeos se guardan en casa de mi abuela”
No hay torneo en el que no nos haga vibrar, como estos días en Wimbledon donde se hace notar siempre para bien
Cuando era pequeño, McEnroe montaba unos pollos alucinantes en las canchas de tenis y eso… eso me gustaba. También me gustaba Martina Navratilova porque me parecía un señor de pelo raro que llevaba minifalda blanca de tablas y…a mí me chiflaban las minifaldas blancas de tablas. Para mí, obvio. Supongo que el tenis estaba de moda... Hasta yo tenía raqueta… Pero jugaba a tirar bolas contra la pared de la casa del vecino. Hubo que dejarlo. Estábamos a un tris de montar un Puerto Hurraco. Nuestra invitada de hoy es varias generaciones más joven que servidor. Sus referentes eran Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez, Steffi Graff, Mónica Seles… ¿La verdad es que superhéroes de la raqueta hay tropecientos o me lo parece a mí? Ahora, su nombre es uno de los que más suena y dice que se le pone la piel de gallina cuando lo oye corear en la grada. Ultimamente, no cabe duda, debe de tener la piel como la de una avestruz porque no hay Grand Slam en donde no nos haga vibrar. Y, a ella, sí que le quedan bien las minifaldas y lo suyo es melenón. ¿Su secreto? Yo lo sé. Forcapil. Con ustedes, Paula Badosa.
Como con Sansón, ¿su fortaleza está en su pelo?
Estaría bien que fuera sí, pero no, la fortaleza está en el trabajo duro.
¿Su melena es su fetiche?
Me gusta cuidarla, pero no la llamaría fetiche.
¿Forcapil es para su melena como los aplausos y los vítores de su público para usted como tenista?
Algo así, sí.
¿Se raparía si le prometieran que a cambio se lleva Roland Garros y Wimbledon?
Por lo menos me lo pensaría.
¿Qué se le pasa por el cuerpo cuando el estadio corea su nombre?
Se me pone la piel de gallina.
Manía, superstición… ¿antes de coger la raqueta...?
No tengo supersticiones.
¿Ser tenista está de moda?
Espero que esté de moda jugar a tenis, sería una buena noticia para el deporte.
¿Qué siente cuando ve su foto en la carpeta de sus seguidores? ¿Con quién forraba usted sus carpetas del instituto?
La verdad es que es algo a lo que me cuesta acostumbrarme. Pero en mi caso, con las de Maria Sharapova.
Esta tierra tiene algo especial para dar tan buenos tenistas… Santana, Conchita, Arantxa, Nadal, usted…
Es algo que nos preguntan mucho fuera. Y hay muchos nombres que no están en esa lista y que son top50, es increíble.
¿El peor enemigo de una chica es un juez de linea?
Para nada, hay otros muchos peores enemigos.
¿Para ser una triunfadora en el deporte hay que ser muy competitiva, ambiciosa o tener alma de mártir con tanto sacrificio?
Un poco de cada cosa.
El deporte exige mucha dedicación desde muy pequeño. ¿Siente alguna vez que ha sido como Drew Barrymore o Marisol?
Para nada, en mi caso disfrutaba mucho desde el principio, sino no hubiera aguantado hasta este punto.
Eso que se muere por hacer pero que por responsabilidad, disciplina, dieta… no puede.
Comer chocolate en todas sus formas.
¿En casa no le dijeron nunca «niña, deja ya la pelotita y ponte a hacer algo serio»?
Por suerte a mis padres les gustaba acompañarme en el proceso.
¿Cuándo se dio cuenta de que quería dedicarse a esto en cuerpo y alma?
Cuando empecé a ganar torneos a nivel nacional.
¿Ese reto deportivo que está por llegar y que tiene entre ceja y ceja?
Espero que sea la final de un Grand Slam.
¿Es posible ser una estrella del deporte y que no se le suba a la cabeza?
Es posible, en eso tiene una parte fundamental el entorno y el mío me ayuda a tener los pies en la tierra.
¿Dónde pone sus trofeos?
En casa de mi adorada abuela.
¿Canta usted en la ducha?
Sí, y bastante.
Cuénteme eso que escucha y que no le pega nada de nada.
Escucho mucho tipo de música. Me gusta la de los ochenta.
¿Qué es lo que más le chifla y lo que más le amuerma del amor?
El amor verdadero no tiene nada de muermo.
¿El amor es un estado de ánimo, un tema fácil de cantar o un coñazo que lo flipas?
El amor es algo maravilloso.
¿Usted ama o es de las que se deja querer?
Creo que en la reciprocidad está la virtud.
¿Qué le pide al ser amado?
Construir con confianza y respeto.
Ese plato por el que se enamoraría perdidamente de quien lo cocinara…
En esto no lo dudo ni un segundo: me enamoraría de quien me hiciera una buena tortilla de patatas.
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