En números

Shakira “paga” la deuda de Hacienda con la trilogía contra Piqué

La artista colombiana ha batido todos los récords posibles en menos de cuarenta y ocho horas con la canción de la «venganza» contra su exmarido

Si esto lo hubiera sabido Lola Flores, que con tanta humildad pidió una pesetita a cada español para saldar sus cuentas con el fisco. Con el mismo arte, el mismo quebradero con la Hacienda y bastante más fortuna, Shakira hace caja a golpe de click. No una pesetita, ni dos… Lo suyo son los céntimos y, a base de sumar, va camino de poder pagar los casi 24 millones de euros de multa que le reclama la Agencia Tributaria por un fraude de 14,5 millones. Con su single BZRP Music Session #53, Shakira completa la trilogía del despecho, las tres canciones con las que su singular terapia de ruptura toma el sonido del vil metal. Cualquier crónica deja chica a la anterior porque los números no hacen sino aumentar. Analizamos con varios expertos qué está ocurriendo y qué se espera en los próximos días.

Las diferentes plataformas musicales han puesto en marcha sus calculadoras. Spotify paga entre 0,038 y 0,05 dólares por reproducción y YouTube alrededor de 0,007 dólares. Con 70 millones de visualizaciones, el vídeo podría generar más de dos millones de euros en Spotify y 490.000 euros en YouTube. Es solo un dato, casi insignificante, del alcance que puede tener. «Es muy difícil precisar una cifra de ingresos o aislar una cifra porque el número de reproducciones es solo una variable», nos explica Xavi Esquerigüela, fundador de Ads’n Roll, una firma que gestiona la publicidad en YouTube y otros canales.

«Las mujeres facturan»

El siguiente ingreso importante procede de los anunciantes, también difícil de cuantificar. Como pista, Esquerigüela explica que el anunciante paga 0,01 céntimo por visualización, siempre que el anuncio esté en la pantalla más de 25 segundos. Si además genera un click, se cobra por encima del euro. Netflix, por ejemplo, paga entre 0,01 y 0,02 euros por visualización. Esto significa que, si el vídeo de Shakira llegase a su objetivo inicial de cien millones de visualizaciones, a la plataforma habría invertido entre uno y dos millones de euros. Intervienen infinidad de factores y varían en cada país. «Algunos anunciantes -advierte- pueden pagar incluso millones en función del volumen en ese momento. Otros quizá no mostrarán ningún interés porque no es su público. La estrategia está muy bien planificada y, aunque haya una bajada, veremos otros picos con algún youtuber que vuelva a ello o nuevas canciones».

A la artista colombiana le sobran razones para cantar que «las mujeres no lloran, solo facturan». Luis Francisco García, director de proyectos de la Fundación SGAE, evalúa el fenómeno desde el punto de vista musical y sociológico para hacernos una idea de las cifras. «Musicalmente está muy bien armado y tiene detrás una campaña magníficamente orquestada sirviéndose del tirón de estos dos personajes tan mediáticos». Pronostica que se disparará cuando se escuche en otras plataformas y salte a la radio y a la televisión, sobre todo en América.

Luis Soldevila, experto en marketing de «influencers», opina que el impacto ha sido el esperado. «La canción nace de una relación que no concluye amistosa y la parte agraviada quiere cobrarse. Está en el centro de la conversación mediática y de ahí el beneficio que puede tener desde el punto de vista de las marcas. El factor que más influye es qué discurso genera la canción y si la marca quiere identificarse con esos valores que promueve». Soldevila recuerda el caso del golfista Tiger Woods, que en 2009 se vio envuelto en un extraño accidente que destapó un escándalo sexual que le hizo perder buena parte de sus patrocinios, en torno a 25 millones de dólares. «Habrá anunciantes -dice- que no quieran comprometerse y otros que sí arriesgarán, aunque no se identifiquen del todo con el discurso».

La caja registradora no para, incluso para las marcas que parecían damnificadas, como Casio y Twingo. Desde la consultora Interbrand, nos informan que son dos de las ganadoras de este fenómeno, igual que Ferrari y Rolex, que Shakira asocia a su empoderamiento femenino. «Su mención refuerza la solidez de un producto que forma parte de la cultura popular y de la memoria emocional. Las marcas han entrado en la música urbana y en este caso está generado una conversación desenfadada y divertida. Diríamos que es casi un momento soñado para estas firmas».

Quien tampoco llora es Piqué. Su primera reacción fue su tuit «La vida puede ser maravillosa». «Y lo va a ser, al menos en cuanto al interés de los anunciantes de cara a su proyecto digital. Tiene un control absoluto del negocio y va a aprovechar su personalidad para sacar rédito». Por lo que pueda venir, la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO) ha enviado un guiño a la cantante.