El hijo de Jesulín reniega de los toros y apuesta por el fútbol

La saga de los jesulines no tendrá continuidad.Jesús Janeiro confiaba en que su hijo siguiera sus pasos taurinos, pero el chaval se decanta más por el fútbol. Le gusta más jugar con el balón que enfrentarse a las vaquillas.

De hecho, una le dio un gran revolcón en una capea y se le quitaron las ganas de coger de nuevo el capote. El chaval parece tenerlo muy claro. Le guste o no a su famoso papá, él ya se posiciona más cerca de los futbolistas que de los toreros.

Jesús Alejandro tiene catorce años y es un desconocido para el gran público. Es un chico muy tranquilo, buen estudiante y nada conflictivo, nada que ver con su hermana Julia, a la que, últimamente, le acompaña la polémica.

No suele acompañar a sus padres en actos públicos y prefiere quedarse en la urbanización donde viven, jugando al fútbol con sus amigos.

Curiosamente te, fue Jesús el que le pidió a su padre que quería torear. Jesulin le puso un becerro delante y el chaval le dio unos cuantos capotazos. Al acabar, miro a su progenitor, y le dijo muy serio: “no querías que toreara, pies ya lo he hecho”. Y ahí se acabó su carrera taurina.

Ironías de la vida, el mismo jesulin soñaba de pequeño con ser portero de fútbol y cantante, pero fue Humberto, su padre el que le inculcó el amor hacia el mundo de los toros.

Consiguió su sueño de grabar un disco, pero aquella aventura musical le salió tan ruinosa que terminó perdiendo los millones de pesetas que invirtió en ella. Y el cante acabó en el baúl de los recuerdos.

Ahora sus pretensiones van más en la línea de la hostelería, porque pretende convertir su finca “Ambiciones” en un lugar de celebraciones, de,bodas, bautices, comuniones y todo tipo de eventos sociales.