Cumpleaños
Bárbara Rey, el enésimo renacer de la “vedette”
Cumple 72 años y la actualidad la devuelve al centro de la polémica por sus relaciones pasadas y presentes
Emérito, del latín, «aquella persona que, después de haberse retirado del cargo que ocupaba, disfruta de beneficios derivados de una profesión». La definición le viene como anillo al dedo a Bárbara Rey, que años después de su máximo momento de esplendor ha vuelto a la actualidad con energía renovada. Y lo hace en una fecha señalada para la «vedette», coincidiendo con su 72 cumpleaños en un momento en el que su comentada amistad con Don Juan Carlos la ha encumbrado a la actualidad rosa y política del país. Su última relación con el humorista Bigote Arrocet, ex de María Teresa Campos, ha servido para ponerla en la palestra. Un breve «affaire» que la lleva de nuevo a pisar los platós para hacer repaso de su currículum sentimental incluida su entrañable amistad con Don Juan Carlos.
Bárbara Rey, que durante años negó cualquier tipo de relación con el Monarca, se ha mostrado menos esquiva en los últimos tiempos, dando vía libre a hablar de lo que era un secreto a voces en los mentideros. Los últimos acontecimientos han animado a la artista a abrir su corazón. El libro «El jefe de los espías», de Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote, destapaba el cobro por parte de Bárbara de 3,6 millones de euros, recibidos a cambio de no desvelar nada sobre ese tema. Paralelamente, se ha conocido el trato de favor de Canal 9, que la contrató como presentadora de un programa de cocina, «En casa de Bárbara», entre 2000 y 2005, como pago a su silencio. La actriz ni sabía cocinar, ni hablaba valenciano, algo que no impidió que Canal 9 le diera más de 300.000 euros por temporada. En total, se firmaron 1.041 capítulos, de unos treinta minutos cada uno, con una retribución para la presentadora de 1.442 euros por programa. En total, cobró de la televisión pública 1,5 millones de euros, traslados a Valencia y alojamiento en hoteles aparte. Un contrato que, según los diarios del ex director del CNI Emilio Alonso Manglano, fue el pago para que guardase silencio sobre su relación con el Rey Emérito. La contratación de Bárbara se produjo después de denunciar públicamente ante los medios que se sentía amenazada y «que le habían robado material que implicaba a una personalidad muy importante del Estado». Jamás dijo a quién se refería, aunque todo el mundo ya lo imaginaba. «Tómbola» cerró su entrevista para contarlo todo. La fijaron para el jueves 17 de julio de 1997.
12.000 euros de caché
El caché de la actriz era de dos millones de pesetas (12.000 euros). En aquel tiempo no había AVE. Bárbara llegó en avión desde Madrid al aeropuerto de Manises para cumplir con su compromiso. Lo que ocurrió en las horas previas al directo está envuelto hoy aún en una nebulosa. El productor del programa, Ángel Moreno, lo contaba así en su libro «La vida es una Tómbola»: «A primera hora de la tarde comencé a recibir llamadas. Eran del director de Canal 9, Jesús Sánchez Carrascosa, pero venían de más arriba. En ellas se me anunciaba que, si Bárbara pisaba el plató del programa, lo cerraban. Cuando llegó (…) nos reunimos en mi despacho y le dijimos que no salía, pero que se le pagarían los dos millones de pesetas de caché. Ella se puso como una furia. Vociferaba y estaba muy nerviosa, fuera de sí, aterrada». Finalmente, cuenta el productor del programa espacio, «aparecieron dos señores que se identificaron y, tras hablar con ella cinco minutos, la convencieron y se marcharon».
Bárbara denunció en aquel momento que había sido secuestrada en uno de los platós para asegurarse de que no entraba finalmente en el plató. El episodio lo recogía el periodista de «Levante-EMV» Quico Arabí en «Ciudadano Zaplana». Al día siguiente se encontraba con ella en el hall del Hotel NH para entrevistarla. «Lo que yo me encontré fue a una persona asustada, que decía tener miedo por su vida y no estaba actuando», apuntaba Arabí. Durante la entrevista, interrogada sobre si su silencio tenía un precio, Bárbara contestaba aún con el susto en el cuerpo: «Depende de cómo evolucionen las cosas. Si siguen atacándome de esa forma, habrá un momento que tendré que defenderme». «¿Quienes son ellos?», preguntó el periodista. «No voy a dar nombres», contestó ella.
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